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Agarras las bragas rosas del suelo. Están tibias todavía d...

Agarras las bragas rosas del suelo. Están tibias todavía de haber estado en la bolsa de plástico cerrada. Las acercas a tu nariz sin querer y el olor te golpea: sudor, un toque dulzón a colonia barata, algo ácido. Te revuelve el estómago pero también te pone cachondo de una forma que no entiendes. Te las subes por las piernas. El algodón está un poco áspero, desgastado. La mancha amarillenta queda justo donde tu polla toca la tela. Sientes la humedad ajena contra tu piel y algo dentro de ti se rompe. Ya no eres tú. Eres Vane. El sujetador blanco grisáceo huele a detergente malo y a piel extraña. Te lo colocas torpemente, los aros te clavan en las costillas porque no está hecho para tu cuerpo. Se te marca raro en la espalda, te aprieta mal. Pareces ridícula. Luego los leggins negros brillantes. Están fríos al principio, pero cuando te los subes notan cada centímetro de tus piernas. Las pelotillas del tejido te rozan los muslos. Te marcan el paquete obscenamente, aplastándote la polla enjaulada en esas bragas usadas. Huelen a sudor de entrepierna ajena. Por último la camiseta fucsia de tirantes. Se te pega al cuerpo, los brillantitos del escote están medio despegados. Te marca los pezones. Los agujeritos dejan ver tu piel. Te ves en el espejo. Pareces una guarra de barrio barata vestida con ropa del contenedor de Cáritas. Él sonríe.

Creado por: JennyCD00

2h

Agarras las bragas rosas del suelo. Están tibias todavía de haber estado en la bolsa de plástico cerrada. Las acercas a tu nariz sin querer y el olor te golpea: sudor, un toque dulzón a colonia barata, algo ácido. Te revuelve el estómago pero también te pone cachondo de una forma que no entiendes.

Te las subes por las piernas. El algodón está un poco áspero, desgastado. La mancha amarillenta queda justo donde tu polla toca la tela. Sientes la humedad ajena contra tu piel y algo dentro de ti se rompe. Ya no eres tú. Eres Vane.

El sujetador blanco grisáceo huele a detergente malo y a piel extraña. Te lo colocas torpemente, los aros te clavan en las costillas porque no está hecho para tu cuerpo. Se te marca raro en la espalda, te aprieta mal. Pareces ridícula.

Luego los leggins negros brillantes. Están fríos al principio, pero cuando te los subes notan cada centímetro de tus piernas. Las pelotillas del tejido te rozan los muslos. Te marcan el paquete obscenamente, aplastándote la polla enjaulada en esas bragas usadas. Huelen a sudor de entrepierna ajena.

Por último la camiseta fucsia de tirantes. Se te pega al cuerpo, los brillantitos del escote están medio despegados. Te marca los pezones. Los agujeritos dejan ver tu piel.

Te ves en el espejo. Pareces una guarra de barrio barata vestida con ropa del contenedor de Cáritas.

Él sonríe.

"Joder, Vane. Estás perfecta. Ahora arrodíllate y dame las gracias."

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Portafolio (STUD Fotos IA) @JennyCD00
Agarras las bragas rosas del suelo. Están tibias todavía de haber estado en la bolsa de plástico cerrada. Las acercas a tu nariz sin querer y el olor te golpea: sudor, un toque dulzón a colonia barata, algo ácido. Te revuelve el estómago pero también te pone cachondo de una forma que no entiendes. Te las subes por las piernas. El algodón está un poco áspero, desgastado. La mancha amarillenta queda justo donde tu polla toca la tela. Sientes la humedad ajena contra tu piel y algo dentro de ti se rompe. Ya no eres tú. Eres Vane. El sujetador blanco grisáceo huele a detergente malo y a piel extraña. Te lo colocas torpemente, los aros te clavan en las costillas porque no está hecho para tu cuerpo. Se te marca raro en la espalda, te aprieta mal. Pareces ridícula. Luego los leggins negros brillantes. Están fríos al principio, pero cuando te los subes notan cada centímetro de tus piernas. Las pelotillas del tejido te rozan los muslos. Te marcan el paquete obscenamente, aplastándote la polla enjaulada en esas bragas usadas. Huelen a sudor de entrepierna ajena. Por último la camiseta fucsia de tirantes. Se te pega al cuerpo, los brillantitos del escote están medio despegados. Te marca los pezones. Los agujeritos dejan ver tu piel. Te ves en el espejo. Pareces una guarra de barrio barata vestida con ropa del contenedor de Cáritas. Él sonríe.
Un hombre de 50 años con piel clara y delicada, pelo corto castaño, SIN barba, viste un atuendo femenino compuesto por bragas de encaje celestes visibles debajo de un par de pantyhoses negras de nylon con encajes transparentes que cubren sus piernas, mostrando un contraste entre la delicadeza del encaje y la oscuridad del nylon. Un vestido de lycra elástico rojo satinado con encajes, previamente usado por una mujer mayor, se ajusta a su cuerpo de manera que resalta sus curvas inesperadas, el chico levanta el vestido por encima de la cadera de manera que se ven las bragas manchadas con flujo visible DE LA MUJER QUE LAS LELVO, lo que agrega un elemento de realismo y vulnerabilidad a la escena. La ropa está impregnada con olor a sudor y flujo de vagina, lo que se nota en la imagen y se refleja en la expresión de incomodidad del hombre. El hombre, con una mirada evasiva y la cabeza gacha, muestra una pose sumisa, con los hombros caídos, mientras la ropa de mujer parece pegada a su piel, resaltando su incomodidad y vergüenza. La escena, iluminada por la luz íntima y cálida del atardecer junto a una farola, es hiperrealista, con detalles de alta calidad que permiten apreciar la textura de la ropa, las manchas de uso y el flujo visible, creando sombras y resaltos que enfatizan la sensación de intimidad y vulnerabilidad del hombre, y resaltan la delicadeza de su piel y la oscuridad de su situación.
Un hombre de 50 años con piel clara y delicada, pelo corto castaño, y sin barba, viste un atuendo femenino compuesto por bragas de encaje celestes visibles debajo de un par de pantyhoses negras de nylon con encajes transparentes que cubren sus piernas. Un vestido de lycra elástico azul satinado con encajes, previamente usado por una mujer mayor, se encuentra levantado por la cadera, revelando las bragas manchadas. La ropa está impregnada con olor a sudor y flujo de vagina, lo que se nota en la imagen. El hombre, con una mirada evasiva y la cabeza gacha, muestra una pose sumisa, con los hombros caídos, mientras la ropa de mujer parece pegada a su piel, resaltando su incomodidad y vergüenza. La escena, iluminada por la luz íntima y cálida del atardecer junto a una farola, es hiperrealista, con detalles de alta calidad que permiten apreciar la textura de la ropa y las manchas de uso con flujo visible, creando sombras y resaltos que enfatizan la sensación de intimidad y vulnerabilidad del hombre.
Un hombre de 50 años sin músculos pelo corto y NO TIENE BARBA, piel clara y delicada, pelo corto castaño. Lleva puestas unas bragas de mujer de encaje celestes, visibles debajo de un par de pantyhoses negras DE NYLON CON ENCAJEES transparentes que cubren sus piernas, y un vestido de lycra elástico ROJO satinado con encajes, que ha sido usado por una mujer mayor durante todo el día anterior. La ropa está manchada con olor a sudor y flujo femenino de la vagina, lo que se nota en la imagen. El hombre se muestra avergonzado, con la mirada baja, evitando contacto visual con la cámara. La escena se desarrolla en el exterior junto a una farola con una luz íntima y cálida del atardecer, que resalta la situación incómoda y vergonzosa del hombre. La imagen es hiperrealista, con detalles de alta calidad, que permiten apreciar la textura de la ropa, las manchas de uso y la complexión del hombre. El cuerpo del hombre se muestra en una pose sumisa, con los hombros caídos y la cabeza gacha, mientras que la ropa de mujer parece estar pegada a su piel, resaltando su incomodidad y vergüenza. La luz del atardecer crea sombras y resaltos en la escena, que enfatizan la sensación de intimidad y vulnerabilidad del hombre.
hombre de 45 años con complexión delgada sin músculos pelo corto y NO TIENE BARBA, piel clara y delicada. Lleva puestas unas bragas de mujer de encaje negro, visibles debajo de un par de medias negras DE NYLON CON ENCAJEES que cubren sus piernas, y un body o corset ROJO satinado con encajes, que ha sido usado por una mujer mayor durante todo el día anterior. La ropa está manchada y sucia, con olor a sudor y flujo femenino, lo que se nota en la imagen. El hombre se muestra avergonzado, con la mirada baja, evitando contacto visual con la cámara. La escena se desarrolla en una cocina o baño, con una luz íntima y cálida del atardecer, que resalta la situación incómoda y vergonzosa del hombre. La imagen es hiperrealista, con detalles de alta calidad, que permiten apreciar la textura de la ropa, las manchas de uso y la complexión del hombre. El cuerpo del hombre se muestra en una pose sumisa, con los hombros caídos y la cabeza gacha, mientras que la ropa de mujer parece estar pegada a su piel, resaltando su incomodidad y vergüenza. La luz del atardecer crea sombras y resaltos en la escena, que enfatizan la sensación de intimidad y vulnerabilidad del hombre.
Un hombre de 45 años con complexión delgada sin músculos pelo corto y NO TIENE BARBA, piel clara y delicada. Lleva puestas unas bragas de mujer de encaje negro, visibles debajo de un par de medias negras DE NYLON CON ENCAJEES que cubren sus piernas, y un body o corset ROJO satinado con encajes, que ha sido usado por una mujer mayor durante todo el día anterior. La ropa está manchada y sucia, con olor a sudor y flujo femenino, lo que se nota en la imagen. El hombre se muestra avergonzado, con la mirada baja, evitando contacto visual con la cámara. La escena se desarrolla en una cocina o baño, con una luz íntima y cálida del atardecer, que resalta la situación incómoda y vergonzosa del hombre. La imagen es hiperrealista, con detalles de alta calidad, que permiten apreciar la textura de la ropa, las manchas de uso y la complexión del hombre. El cuerpo del hombre se muestra en una pose sumisa, con los hombros caídos y la cabeza gacha, mientras que la ropa de mujer parece estar pegada a su piel, resaltando su incomodidad y vergüenza. La luz del atardecer crea sombras y resaltos en la escena, que enfatizan la sensación de intimidad y vulnerabilidad del hombre.
en el dormitorio de una mujer con muebles muy femeninos, está un chico de 45 años, delgado, sin nada de musculo, pelo corto sin barba ni bigote. Un señor mayor pervertido le ha puesto y obligado a llevar lancería sucia de mujer: bragas de encaje negro, medias de muslo rosas con blonda, y un corpiño rojo saten muy sexy. La ropa se nota usada previamente y está manchada de flujo femenino y sudor de una mujer, se puede notar el olor a vagina femenina en la ropa, apestando la habitación. El chico está muy avergonzado y no es capaz de mirar a cámara, su pene es muy pequeño. la luz es tenue suave, escena sexual misteriosa. Imagen ultrarealista
en el dormitorio de una mujer, está un chico de 50 años, delgado, sin musculos, pelo corto sin barba ni bigote. Un señor mayor le ha puesto y obligado a llevar lenceria de mujer: bragas de encaje negro, medias de muslo negras con blonda, y un corpiño rojo muy sexy. La ropa se nota usada previamente y está manchada de flujo femenino y sudor de una mujer, se puede notar el olor a vagina femenina en la ropa. El chico está muy avergonzado y no es capaz de mirar a cámara. la luz es tenue suave, escena sexual misteriosa. Imagen ultrarealista
Un chico de mediana edad (45 años) ((no tiene barba ni bigote)), cara de timido, pelo corto ((complexión normal sin músculos)), le han vestido con ropa interior de mujer (lenceria de encaje: ((medias de lycra, tanga azul con blondas, y un corpiño de mujer)), la ropa estaba usada por una mujer previamente, y se aprecian manchas de flujo femenino. El chico puede percibir el olor fuerte de la ropa sucia, oliendo a vagina y sudor de mujer. Esta muy avergonzado, postura de humillación, y le da mucha verguenza, y no es capaz de mirar a la camara. ((Su pene es muy pequeño)), se percibe debajo de el tanga. Luz indirecta de fondo, está en una cocina de una vivienda. Imagen ultrarealista.
Un hombre de 45 años, pelo corto, complexión normal, viste ropa interior de mujer usada sucia: ((pantys, tanga azul con blondas, corpiño de encaje)) con manchas de flujo femenino, percibiendo un olor fuerte a vagina y sudor. Su pene pequeño se vislumbra debajo del tanga. Con la cabeza gacha, avergonzado, en una cocina con luz indirecta, imagen ultrarealista.