Escrito por: sebusca
1272 palabras
Hace tiempo tenía pendiente este relato.
La verdad desconozco un poco como ustedes han llegado a este mundo del BDSM. En mi caso, no fue de manera buscada ni planificada. Llegué de la mano de otro, alguien que sin proponérselo me mostró una parte de mí que hasta entonces solo había sido intuición.
Esta historia ocurrió hace exactamente dieciocho años.
Yo tenía veinte. Estudiaba segundo año de universidad y la universidad decidió trasladar su campus desde el centro de Santiago, hasta una zona suburbana. Lo que antes era un trayecto de treinta minutos se transformó, de un día para otro, en casi tres horas por sentido. Seis horas diarias perdidas solo en movilizarme.
Me quejé. Mucho. Y mis padres, pragmáticos como siempre, me ofrecieron una solución: uno de sus departamentos de inversión estaba mucho más cerca de los buses de acercamiento. Acepté sin pensarlo.
Estaba eufórico. Vivir solo a los veinte años sonaba a libertad absoluta: fiestas, trasnoches, sexo cuando quisiese. Además, estaba en una etapa de exploración personal intensa, aun no definía mi sexualidad del todo, probé con mujeres y hombres pero todas esas relaciones solían terminar relativamente rápido por mi carácter: mi necesidad de control, mi dominancia, esa forma mía de querer dirigir incluso lo que no me correspondía.
Ese mismo carácter también me traía problemas con amigos y compañeros. Era autoritario, exigente, y probablemente egoísta.
La fantasía de independencia duró menos de lo que imaginé. Pronto descubrí que no sabía —ni quería aprender— a cocinar, planchar o limpiar. Me parecían tareas interminables, absurdas, una pérdida de tiempo monumental. Nunca las había hecho y tampoco me sentía motivado a empezar.
Volví a hablar con mis padres. Ellos tenían a Carmen, la mujer que trabajaba puertas adentro en su casa y que, en muchos sentidos, me había criado. Tras conversarlo, acordamos que ella iría una vez por semana al departamento para ayudarme con las labores domésticas.
Durante casi dos años ese arreglo funcionó. No era perfecto, pero era suficiente.
Hasta que un día Carmen me contó que su hermano, que vivía en Coyhaique, quería venir a Santiago. Se había inscrito en una academia de cocina para un curso, pero no tenía dónde vivir. Mi departamento era grande, antiguo, de esos que todavía conservaban dormitorio de servicio con baño propio, una reliquia de otra época.
La propuesta fue simple: él ocuparía ese dormitorio y, a cambio, se haría cargo de la casa una vez por semana. Carmen podría volver a dedicarse por completo a mis padres, que ya resentían el acuerdo.
Así llegó Cristian a mi vida.
Tenía veintisiete años, era bajo, delgado y extremadamente callado. Se presentó con una timidez casi incómoda. Le mostré su habitación, le expliqué lo básico, dónde estaban las cosas de aseo. Pensé que sería algo transitorio.
Con el tiemp...
El Inicio (cristian mi primer esclavo)
Xtudr is the ultimate gay fetish chat. Easily find thousands of guys in your city who share your
same interests and enjoy sending and receiving live messages.
The No. 1 dating network for men offers you a quick, easy, and fun experience with which you can
meet a lot of new people like sebusca.
With Xtudr you can:
- Create a profile with your photos and add your preferences.
- View the profiles and photos of other users.
- Send and receive messages without limits.
- Use the search filters to find your soulmate.
- Send and receive Taps to those who like you the most.
Sign up for the most popular fetish and BDSM app and start your adventure.
https://www.xtudr.com/en/relatos/ver_relatos_basic/43252-el-inicio-cristian-mi-primer-esclavo