El Esclavo Negro 3

Los sábados por la mañana el equipo de Americano entrena desde las ocho hasta el medio día, es una jornada muy larga y pesada en la que Meyer, el entrenador del equipo mide la resistencia de cada uno de los miembros del equipo, sobre todo de los novatos.

Como buen miembro del equipo Arno siente una admiración enorme por su coach y no solo está dispuesto a darlo todo por ser miembro titular del equipo, también se esfuerza por conseguir la validación de su entrenador.

Meyer tiene cuarenta años, se peina sus cabellos rubios hacia atrás con abundante gel, jamás se despeina y huele siempre a loción a pesar de pasar horas en el sol. Su cara se ha ido enrojeciendo con los años por su constante exposición en el campo. Aquel tono rojizo de su cara hace que el azul de sus ojos resalten.

Tiene la nariz aguileña muy grande y le da un aire de autoridad muy peculiar, se rasura la barba y el bigote y tiene el cuerpo fornido, unos brazos grandes con bíceps fuertes. Con los años ha ido adelgazando pero aún conserva unos pectorales bien tonificados que resaltan en las playeras polo que utiliza a diario.

Es de voz muy ronca y de modales toscos, muy rudos. Arno se identifica con él porque es inexpresivo y de pocas palabras.

Cuando el entrenamiento está por terminar, dos de las Estrellas del equipo le hacen un par de chistes a uno de los novatos mulatos haciendo mofa de su color de piel. Arno escucha las burlas y algo en él reacciona, como cosquillas en el cuerpo.

Meyer los escucha y monta en cólera - ¿en qué siglo creen que viven idiotas?- le dice a todo el equipo incluyendo en el regaño a los que no han tenido nada que ver con las burlas -¿quién se creen que son para burlarse de un compañero suyo por le color de su piel?- Arno no entiende qué le pasa, piensa en su esclavo negro y las palabras de Meyer lejos de hacerlo sentir mal… lo excitan.

-En posición de plancha, ¡todos!- les ordena Meyer y el equipo completo cae al piso, agotados después de varias horas de entrenamiento. Lentamente Arno levanta el cuerpo sosteniéndolo sobre sus codos y las puntas de sus pies, apretando glúteos y abdomen para permanecer en esa posición. Suda y se cansa, aprieta los dientes para aguantar… su verga sigue reaccionando, se va poniendo dura y se aprieta contra el suspensorio provocándole placer.

Meyer les da toda una cátedra sobre la igualdad de derechos, el respeto a todas las razas y la importancia de respetar a cada persona sin importar el color de su piel. Arno piensa en Alexander, recuerda la sensación que le provocó azotarlo, el poder que siente sobre él, la sensación de someterlo usando el color de su piel como… un fetiche… su verga se aprieta a su suspensorio y siente que sus brazos tiemblan de excitación. Levanta las nalgas y se concentra en los pies de Meyer que caminan de un lado a otro…

Antes de permitirles descansar Meyer los sentencia- Si me entero que algún miembro de este equipo tiene alguna clase de actitud o comportamiento racista hacia sus compañeros o hacia cualquier estudiante de la universidad yo personalmente voy a solicitar su baja definitiva de la institución- Arno se deja caer rendido, excitado, confundido

Meyer lo ve caer pero no le presta importancia- ¡lárguense!- les ordena y todos a toda prisa desaparecen de la vista de Meyer.

Arno no se queda a bañarse después del entrenamiento. Recoge sus cosas y camina “chueco” ante la incomodidad de su verga erecta dentro de su suspensorio.

La fricción de su verga contra el suspensorio lejos de calmar su calentura la aumenta, en cuanto entra a su cuarto ve a Alexander tirado en la cama revisando el celular.

-¿Porqué no estás limpiando el cuarto?- le pregunta sin comprender porqué lo hace después de haber decidido en el camino que iba a cambiar las cosas

-Su cama está tendida y su ropa lavada Amo- responde Alexander dejando el celular a un lado

Arno lo sujeta de los caballos y lo hace bajar de la cama a rastras, Alexander queda en el piso en cuatro patas- ¿y cuándo fue la última vez que barriste y trapeaste el piso esclavo?- le pregunta haciéndolo mirar el suelo con su mano sujetando sus cabellos.

Alexander va a decir algo pero Arno le empuja la cara contra el suelo- lame el piso- le ordena

Alexander hace un poco de fuerza para resistirse-¡lame el puto piso!- le insiste empujando su cara. Alexander saca la lengua y la posa sobre la Loza del suelo, Arno le mueve la cabeza hacia un lado y el otro obligándolo a lamer

-¡¿Está limpio el puto suelo?!- le pregunta levantando su cabeza por los cabellos

-No Amo, tiene Tierra, perdón Amo- suplica el esclavo negro

Arno toma la ropa interior que no ha lavado y la tira al piso, luego saca de su mochila de entrenamiento la ropa apestosa y sucia que ha usado esa mañana, también se quita la ropa que trae puesta quedando completamente desnudo. Al centro del cuarto queda una pila de ropa sucia: entre calzones y ropa de entrenamiento aquella ropa emite un olor tremendo.

-Lleva a lavar esa mierda y de regreso traes las cosas para limpiar el cuarto- Arno se tira en la cama desnudo consciente de que aquella desnudez le provoca morbo y excitación a su esclavo.

Su verga está bien parada, dura como un tronco, Alexander lo mira y Arno le grita- ¡la vista al piso animal!-

-Si Amo- responde nervioso el esclavo negro que sale del cuarto y avanza por el pasillo a la lavandería del piso, lo hace rápido porque es un día en que la mayoría de los estudiantes está en el edificio y no quiere tener que explicar porqué lava la ropa de su compañero de cuarto. También siente ansias de volver a ver a Arno desnudo.

Cuando Alexander regresa al cuarto Arno ya trae puesta una sudadera y unos pantalones. Una sensación de frustración invade su cuerpo, Arno lo sabe, está jugando con su mente, se divierte…

Alexander barre el piso mientras Arno tirado en la cama revisa su celular, en realidad no mira la pantalla, se entretiene mirando a su compañero negro servirlo como su esclavo doméstico.

Alexander termina de barrer, sale a cambiar la escoba y el recogedor por una cubeta y el trapeador- no vas a usar el trapeador, quiero que te quites la playera y friegues el piso con ella.

Alexander se quita la playera que trae puesta, Arno sonríe mirando el torso muy flaco y escurrido de su esclavo, lo mira meter su playera en la cubeta llena de líquido para fregar pisos, lo mira exprimirla y luego ponerla sobre el suelo, paseándola para limpiarlo.

- ¿cuánto tiempo llevas con el pito enjaulado?- le pregunta el Amo Blanco sonriendo mientras lo ve fregar el piso.

-Cuatro días Amo- le responde el esclavo

-Es una pena- le dice quitándose el pantalón y sacándose la verga, Alexander la mira, grande, gorda, circuncidada, rosada y vestida con pelos rubios. Arno lo deja mirarla, divertido, excitado ante el poder que su Verga ejerce sobre el esclavo, después de un rato le dice:

-No la mires, es mía- recarga su espalda en la pared junto a la cama y se masturba despacio- sigue con tu trabajo.

La mente de Alexander explota, escucha cómo se jala la verga Arno pero no puede mirar, dirige su mirada al piso y trapea con su camisa conformándose con ver la silueta de Arno moviendo su brazo despacio

-Yo me la he jalado diario- le dice Arno- porque soy el hombre de este cuarto y tu eres una sirvienta inferior que no tiene ese derecho- le dice acelerando el movimiento de sus manos- escuchaste bien, eres la sirvienta, si fueras sirviente tendrías una verga libre como la mía

Arno se quita por completo el pantalón y abre las piernas, sus huevos suben y bajan al ritmo de su mano entre sus piernas gruesas, musculosas y peludas… mira con desprecio al negro en el piso, fregándolo - gírate, no quiero ver tu cara mientras me la jalo- le ordena y luego pone en su celular una película porno y le sube el volumen.

Alexander escucha la voz de una chica gemir y los gemidos de Arno masturbándose en la cama, continúa limpiando dándole la espalda a aquel espectáculo que no tiene permitido ver.

Siente que su enorme tronco negro va a explotar dentro de la jaula, y siente los chorros de precum manchar sus calzones, no puede hacer nada más que seguir fregando el piso, sudado, avergonzado, humillado y reprimido.

Arno se levanta de la cama y camina a la cama de Alexander- gírate quiero que veas esto, quédate de rodillas- le dice.

Alexander se gira y contempla la silueta perfecta de Arno, su Verga bien erguida, apuntando al frente, su mano estimulándola con fuerza y en la otra mano el celular con la película a todo volumen. Arno está frente a su cama, lanza un gemido fuerte y dispara chorros y chorros de su leche en la cama de Alexander.

El esclavo negro lejos de molestarse se excita, se prende, aprieta con fuerza el trapo en sus manos para aguantar las ganas de frotarse la jaula…

-Ahhh que rico es jalársela- dice Arno sacudiendo su verga antes de tomar la colcha de Alexander para limpiarse el prepucio- no quiero que la laves, vas a dormir ahí entre mis mecos, como la puta que eres- le dice y luego le arroja la llave - lávate que seguro apesta esa cosa, pero si te masturbas te voy a azotar- le dice- deja la puerta abierta para que te vigile.

Alexander se mete a la regadera, no corre la cortina para dejar que Arno lo vea, Arno se sienta en el WC y observa a Alexander bañarse.

Su cuerpo es muy delgado y espigado, atractivo, sus nalgas son muy carnosas, grandes en comparación con su cuerpo… pero Arno no se excita mirando a Alexander desnudo, el… el siente placer sintiendo el poder de someterlo y disfruta invadiendo su privacidad y controlando sus movimientos.

-No te vistas- le ordena- sígueme en cuatro patas como un perro- le ordena y Alexander obedece avanzando como un perro observando los chamorros gruesos de Arno delante de él. Su verga grande y muy negra apunta con firmeza hacia el piso.

-Creo que voy a dejar que vacíes tus bolas hoy, esclavo- Alexander se queda de rodillas, mirando los pies grandes, largos y blancos de Arno.

-Gracias Amo- dice con esperanza, Arno toma la almohada de la cama de Alexander y se la tira al piso- te vas a masturbar como los perros, frotándote con la almohada.

Alexander suspira angustiado, nunca lo ha hecho, Arno estalla en carcajadas al verlo intentar sin éxito un par de veces pues la almohada se mueve; finalmente Alexander consigue detener la almohada contra la pata de la cama de Arno y comienza a menear la pelvis con ansiedad. Arno estalla en risas - eres patético cabrón- le dice tirándose en la cama mientras contempla a Alexander “cogerse” su almohada como un perro.

Arno se tira un par de pedos que retumban en el aire y llenan el ambiente de un olor fétido, Alexander sigue luchando contra la almohada, se estimula pero está lejos de conseguir un orgasmo, gime y se esfuerza más y más… lucha por venirse como un perro ansioso, haciendo gestos divertidos que hacen que Arno no pare de reír.

Alexander siente el cansancio en el cuerpo y la ansiedad de sentir un orgasmo, pero también la humillación de masturbarse como un perro ante un compañero suyo al que él mismo ha colocado en una posición de “Superior”. Arno se levanta y comienza a patearle las nalgas- Dale perro, dale duro a tu almohada- le dice riendo

Alexander continúa y continúa, se estimula y luego se cansa y se para, luego vuelve a sus movimientos de pelvis, finalmente lanza un gemido… chorros y chorros de semen brotan de su verga negra empapando la almohada, Alexander gime pero su orgasmo es en cierta forma incompleto, siente necesidad de más y sigue y sigue frotando tratando de sacar el mejor partido a su orgasmo a medias…

Arno toma la almohada y la pone sobre la cama de Alexander - es hora de la siesta perro- le dice Arno, Alexander siente cosquillas por todo su cuerpo - acuéstate y duerme dos horas- el esclavo obedece, Arno hace lo mismo.

Ambos hombres se quedan dormidos, Arno disfrutando de su poder y Alexander desnudo y húmedo, humillado y muy contento.