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**Consulta médica especial** David y Esteban llegaron puntu...

**Consulta médica especial**

David y Esteban llegaron puntuales a la consulta. David, de 34 años, 1.90 de altura, con pectorales enormes y peludos que tensaban su camisa ajustada. Esteban, de 27, complexión promedio pero con un culo trabajado que sobresalía bajo sus jeans entubados. Ambos dedicados al gimnasio, confiados y algo ingenuos.

El Doctor Ramírez los recibió en su consultorio privado. Un hombre de 50 años, fornido, 1.85, brazos gruesos como troncos, pecho ancho cubierto de vello canoso que asomaba por el cuello de su bata blanca. Su presencia imponía respeto.

Created by: Cornudomxdany

5 days

**Consulta médica especial**

David y Esteban llegaron puntuales a la consulta. David, de 34 años, 1.90 de altura, con pectorales enormes y peludos que tensaban su camisa ajustada. Esteban, de 27, complexión promedio pero con un culo trabajado que sobresalía bajo sus jeans entubados. Ambos dedicados al gimnasio, confiados y algo ingenuos.

El Doctor Ramírez los recibió en su consultorio privado. Un hombre de 50 años, fornido, 1.85, brazos gruesos como troncos, pecho ancho cubierto de vello canoso que asomaba por el cuello de su bata blanca. Su presencia imponía respeto.

"Pasen, siéntense. ¿Cuál es el motivo de la consulta?"

David tomó la palabra mientras Esteban se sonrojaba. "Doctor, tenemos un problema. Cuando intentamos tener sexo, a Esteban le duele mucho la penetración. Ya llevamos meses así."

El Doctor Ramírez asintió profesionalmente, aunque por dentro su verga ya empezaba a ponerse dura imaginando esos cuerpos. "Entiendo. Necesito examinarlos a ambos para determinar el problema. David, tú primero."

David se paró confiado. El doctor le pidió que se quitara la camisa. Cuando David la levantó, esos pectorales gigantes y peludos quedaron expuestos. El Doctor Ramírez se acercó, palpando el pecho con sus manos grandes.

"Muy bien desarrollado. Ahora bájate los pantalones, necesito revisar tu miembro."

David obedeció sin dudar. El doctor se arrodilló frente a él, examinando su verga con las manos, fingiendo profesionalismo mientras aspiraba discretamente ese olor a macho sudado del gimnasio. La tocó, la movió, sintiendo su peso y grosor.

"Todo parece normal aquí. Esteban, tu turno."

Esteban se paró nervioso. El doctor le pidió que se bajara los pantalones y se inclinara sobre la camilla. Cuando Esteban obedeció, ese culo perfecto y redondo quedó expuesto. El Doctor Ramírez se puso los guantes y empezó a separar esas nalgas trabajadas, contemplando ese ojete rosado y apretado.

"Mmm, necesito examinar más a fondo," dijo mientras metía un dedo lubricado. Esteban se tensó. David le tomó la mano.

"Tranquilo amor, es parte del examen," le susurró David.

El doctor metió un segundo dedo, disfrutando de esa calentura apretada. "Voy a necesitar más privacidad para el siguiente examen. Voy a poner una cortina."

Corrió una cortina divisoria que dejaba a Esteban de un lado y a David del otro, pero aún podían tomarse de las manos por debajo.

"Ahora voy a usar instrumentos especiales. Esteban, relájate."

El Doctor Ramírez se quitó los guantes y se bajó los pantalones. Su verga gruesa y peluda estaba completamente erecta. Se acercó a ese culo expuesto y primero metió su lengua, lamiendo ese ojete con ganas.

"¿Todo bien, amor?" preguntó David desde el otro lado.

"Sí... se siente raro pero el doctor sabe," respondió Esteban sintiendo esa lengua caliente explorando su ano.

El doctor se incorporó y empezó a frotar la cabeza de su verga contra ese ojete. Luego empujó, entrando lentamente en ese culo apretado.

"Ahh," gimió Esteban.

"¿Estás bien?" David apretó su mano preocupado.

"Tranquilo hijo, es parte del procedimiento. Estoy insertando un instrumento especial," mintió el doctor mientras empezaba a meter y sacar su verga de ese culo perfecto.

El Doctor Ramírez cerró más la cortina para tener completa libertad. Le vendó los ojos a Esteban. "Voy a aplicar un tratamiento especial en tu boca también. Puede afectar tu capacidad de hablar, así que mejor mantente callado."

Esteban asintió confiado. El doctor se quitó la bata quedando desnudo, mostrando sus pectorales enormes y caídos cubiertos de vello gris. Volteó a Esteban boca arriba en la camilla y metió su lengua en la boca del chico, besándolo profundamente. Esteban, con los ojos vendados, sentía esa lengua invasiva pero pensaba que era algún tipo de aplicador médico.

Luego el doctor metió su verga en la boca de Esteban. El chico la chupó pensando que era algún instrumento que debía succionar como parte del tratamiento.

"¿Cómo va todo, doctor?" preguntó David desde el otro lado.

"Excelente, estamos aplicando el tratamiento especial a tu novio nalgón. Todo bajo control," respondió el doctor mientras su verga entraba y salía de esa boca caliente.

Después volvió a voltear a Esteban boca abajo y le metió su verga de nuevo en el culo. Esta vez folló con más fuerza. Esteban sacó la mano buscando a David, quien la tomó inmediatamente.

"Estoy aquí amor, todo va a estar bien," le aseguró David apretando su mano, sin tener idea de que su novio estaba siendo follado a metros de él.

El Doctor Ramírez empujaba profundo, disfrutando de ese culo apretado y caliente, viendo cómo se estiraba alrededor de su verga gruesa. Los gemidos de Esteban los disfrazaba como "reacciones normales al tratamiento."

Después de varios minutos follando ese culo perfecto, el doctor sintió que iba a correrse. Aceleró sus embestidas y se vació completamente dentro de Esteban, llenándolo de semen caliente.

"Listo, tratamiento aplicado," dijo recuperando el aliento.

Se limpió rápidamente, se vistió y quitó la cortina. Esteban se sentó en la camilla algo adolorido pero confiado.

"¿Y bien doctor, qué tiene?" preguntó David preocupado.

"Nada grave. Les voy a recetar estos supositorios," dijo entregando una receta falsa. "Esteban debe aplicárselos diariamente. En dos semanas vuelvan para revisar el progreso."

La pareja salió del consultorio agradecida, tomados de la mano, sin saber que David acababa de ser cornudo en su propia presencia.

El Doctor Ramírez se quedó solo en su consultorio, limpiándose el sudor y sonriendo satisfecho. Ya esperaba la próxima cita.

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Doctor maduro mexicano de 50 años, fornido, 1.85 de altura, brazos enormes y musculosos, pecho ancho cubierto de vello canoso gris, barba gris recortada, expresión dominante y segura, bata médica blanca entreabierta mostrando pectorales grandes y peludos, complexión fuerte y varonil, pose autoritaria en consultorio médico, iluminación profesional, fotografía hiperrealista, calidad 8K.

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