El destino de Martín (Parte XII)

12.-

Esos días posteriores, Martín se sintió triste, abatido, desolado y confundido. No sabía qué hacer y cómo continuar. Sólo el trabajo le daba algo de sentido a su vida y se involucró aún más en él. El jefe le preguntó:

- ¿Qué te pasó? ¿problemas con tu esposa?
- No, nada, cosas de la vida. Errores. Pero es otra cosa, Magdalena ya me pidió el divorcio, pero es lo mejor.
- Mira, no sé si te sirve para algo, pero debo decirte que has demostrado ser un gran abogado y para nosotros eres irremplazable hoy por hoy. Lamentamos no poder pagarte más. No te eches a morir por lo que te sucede. Eres un buen tipo.
- Gracias, en serio. Si espero superar esta situación.

Lo dijo por cumplir.

Ese semana, el viernes, lo llamó por teléfono Isadora, la prima de Magdalena. quería tomarse un café con él. Trató de evadir la cita, pero finalmente accedió y se juntaron el sábado a las 11:00 AM.

Luego de pedir un café, Isadora le contó el motivo de la conversación:

- Magdalena está muy mal, con depresión.Te extraña y se arrepiente de haberte echado.
- ¿En serio? No entiendo nada, me pidió el divorcio y quedarse con todo. Y para no hacer problemas, firmé todo y cualquier día saldrá la sentencia de divorcio. Honestamente, creo que es lo mejor.
- ¿No has pensado en darse una nueva oportunidad?
- ¡No!, bajo ninguna circunstancia. Magdalena y toda tu familia me trató pésimo. En tu matrimonio fueron horribles, me hicieron sentir una verdadera basura. Yo podré ser un tipo bien mediocre, pero no merezco el trato que me dieron, incluyendo a Magdalena.
- Lo siento, me pareces que eres lo mejor para Magdalena.
- Lo dudo, nunca ganaré tanta plata cómo ella esperaba.
- Pero eso sé conversa.
- No, ella nunca quiso conversar. Desde que me echó de casa, sólo me ha mandado mensajes para que sacara mis cosas, para ofender a mis padres y cosas así.

Se despidieron. Isadora perdió las esperanzas de una reconciliación.

El domingo, muy temprano, recibió una llamada de José Tomás. No la aceptó. Una hora más tarde, una segunda llamada, pensó en rechazarla, pero la aceptó:

- Hola, gracias por atender la llamada. Solo quería pedirte disculpas por lo que pasó la última vez. De verdad lo siento.
- Vale - dijo Martín y cortó.

Había tratado de no pensar en lo que había sucedido, en un enorme esfuerzo de negación, pero con esta llamada le revivieron todos los recuerdos y volvió a sentir lo mismo que aquella noche. Se sintió humillado, ultrajado, basureado y reducido a condición de animal.

Cada recuerdo le estremecía, pero cada vez que lo hacía, ese estremecimiento lo único que lograba era reforzar la malsana idea de revivirlo. Desde esa noche, soñaba siendo dominado, maltratado y cogido por José Tomás. Fue creciendo el deseo de volver a ser follado ...