El entrenador (Parte I)

1.- 

Conoció al entrenador el día en que sostuvo la entrevista para ingresar al equipo de saltos de la universidad. Había postulado al equipo y se le seleccionó por sus resultados en competencias escolares. 

El entrenador era una persona que caminaba entre la juventud y la adultez, extremadamente parco, serio, alto, siempre con ceño adusto, de mirada profunda y decisiones drásticas. Tenía fama de duro y exigente y lo precedían éxitos deportivos.

Cuando Max entró en su espartana oficina, lo saludo y el entrenador le respondió y le indicó que se sentara. No medio más intercambio y a continuación le dijo:

Los entrenamientos para ti comienzan a las 07:00 de la mañana y se prolongan hasta las 8:30 y en la tarde desde las 18:00 horas y hasta las 20:00. Vi tu horario de clases y no te afecta ningún curso. Es de lunes a viernes, sábado sólo en la mañana. No acepto atrasos y a las hora que te señalé ya debes estar en la piscina. Eso es todo, puedes retirarte.
¿Puedo preguntarle algo? - preguntó Max, el nuevo integrante del equipo.
No, estoy ocupado. Mañana lo hacemos.

Max pidió disculpas e incómodo, se levantó y salió de la oficina del entrenador. Era un estudiante de primer año de ingeniería de datos, de 18 años, había llegado de otra ciudad y se alojaba en los dormitorios del campus gracias a una beca deportiva. Era alto, con 180 y 70 kg de peso, con un cuerpo tonificado, piernas contorneadas, una espalda magnífica y largos brazos. Tenía rostro muy atractivo, cierta timidez y una inteligencia superior a la del resto de su cohorte. Tímido y reservado, su desarrollo deportivo era excepcional, practicaba saltos ornamentales desde los 12 años y había participado en competencias locales, regionales y nacionales y era más que probable que fuera seleccionado a campeonatos internacionales, empezando por juegos universitarios.

Sus resultados académicos no eran excepcionales pero igual le hubieran servido para ingresar a su actual carrera, pero la beca le permitía ciertos beneficios de alojamiento y créditos adicionales para su desempeño académico. Aparte, se sentía pleno practicando este deporte. le resultaba atractivo y satisfactorio.

Tenía un dormitorio solo, con ducha y una pequeña cocina. Era bastante amplio y el costo era cero, cubierto todo por su beca deportiva, que también incluía alimentación, seguro médico, transporte y otros beneficios.

Max estaba organizando su vida universitaria, alejado de su familia, con una carga académica suficiente y con el agregado de una especial motivación por alcanzar logros deportivos, que siempre le resultaban muy gratificantes.

2.-

El día siguiente, a las 06:55 horas AM, estaba ya listo en la piscina, con su bañador corporativo de la universidad para empezar sus entrenamientos. Estaban sus nuevos compañeros y el entrenador saludo secamente a to...