EL CAZADOR DE MARICAS: Cap 1, La Presa

CAPÍTULO 1: LA PRESA


Marc cerró el libro de Derecho Procesal con un golpe seco. Llevaba seis horas estudiando y su cabeza estaba a punto de explotar. Los artículos del Código Penal se mezclaban unos con otros formando un galimatías legal que le provocaba dolor de cabeza. Se levantó de la silla, estiró los brazos por encima de la cabeza sintiendo cómo sus músculos se tensaban bajo la camiseta ajustada, y miró el reloj: las 23:47. La oposición a Policía lo tenía absorto. Pero llegada la media noche, era hora de cazar.

Se acercó al espejo del pasillo. 1,85 metros de puro músculo. Mandíbula cuadrada, barba de tres días perfectamente recortada, pelo negro corto con las sienes rapadas. Ojos oscuros que reflejaban una mezcla de inteligencia y crueldad. Se pasó la mano por el pecho marcado bajo la camiseta negra. El gimnasio daba sus frutos. Sonrió.

Cogió el móvil de la mesita y abrió Grindr.

La pantalla se llenó de caras y torsos. Perfiles desesperados buscando una polla que les destrozara el culo. Marc deslizó el dedo con parsimonia, descartando uno tras otro. Demasiado mayor. Demasiado gordo. Demasiado masculino. Él buscaba algo concreto: chavales jóvenes, vulnerables, que creyeran que iban a tener una noche de pasión y acabaran descubriendo que habían entrado en la guarida del lobo.

Se detuvo en un perfil sin foto de cara. "Izan, 22, pasivo". La descripción decía: "Busco activo morboso para esta noche. Soy discreto y limpio". Marc amplió la foto del torso: delgado, lampiño, piel blanca. Perfecto.

Le mandó un mensaje directo.

Marc: "Qué tal. Activo dominante, 24 años. Si buscas que te follen bien, estoy libre ahora."

La respuesta llegó en menos de un minuto.

Izan: "Hola! Sí, justo eso busco jeje. ¿Tienes más fotos?"

Marc le envió una foto de su torso desnudo con los abdominales marcados y otra de su polla semidura contra el pantalón de chándal. Sabía exactamente qué botones tocar.

Izan: "Joder tío, estás muy bien. ¿Dónde vives?"

Marc: "Eixample. ¿Puedes venir en media hora?"

Izan: "Vale, pero... ¿eres morboso? Es que me va el rollo dominante pero tampoco me va la violencia ni nada duro."

Marc sonrió mientras tecleaba.

Marc: "Tranquilo, solo soy directo y me gusta mandar. Nada que no quieras tú también. ¿Vienes o no?"

Izan: "Ok, dame la dirección."

Marc le pasó el número de un soportal. Un pequeño local con célula de habitabilidad que su padre usaba como bodega y trastero para el bar que regentaba y que ahora, al no usarlo, Marc había reconvertido en su pequeña mazmorra secreta. Un lugar semioscuro, con una cama, un sofá, sin ventanas, un espejo y una perfecta insonorización que había pagado de su bolsillo.
Se preparó. Se duchó rápido, se puso desodorante y se cambió a un panta...