Fantasía con mi Amo

Tu Amo viene a tu piso. Es martes por la tarde. Te ha ordenado: "Desnudo y de rodillas junto a la puerta". A las 18:00h suena el timbre. Abres completamente desnudo, de rodillas.

Es un maduro de 64 años, calvo, 1,75m, barba canosa, complexión normal y vestido de ejecutivo. Te mira desde arriba con desprecio absoluto.

"Aparta, zorra."

Entra pisándote casi la mano. Cierra la puerta y te agarra la cabeza, obligándote a mirarle.

"¿Qué coño eres tú?"

"Una perra, Amo," respondes temblando.

Te escupe en toda la cara. El salivazo te resbala por la mejilla hasta la boca. "Trágalo." Obedeces. Te escupe otra vez, directo en la boca abierta se lo enseñas y lo tragas.

"Túmbate boca arriba en el suelo con los ojos cerrados"

Te tumbas. Él se planta sobre tu pecho, se baja la cremallera y saca su polla gorda.

"Abre la boca y no la cierres, puta."

Se pone encima de ti y empieza a mearte directamente en la boca abierta. El chorro caliente y amarillo te llena, tragas lo que puedes pero se te derrama por toda la cara, el pecho, el suelo de tu casa. El olor a meo de macho te inunda.

"Así me gusta, bien empapada. Hueles a lo que eres: mi propiedad."

Te arrastra del pelo hasta el salón y te tira boca abajo. Saca una cuerda gruesa y empieza a atarte: manos a la espalda, bien apretadas. Luego te ata los tobillos y conecta ambas ataduras dejándote arqueado, culo hacia arriba, completamente inmovilizado.

Los primeros azotes llegan sin avisar. Su mano grande impacta contra tus nalgas con fuerza brutal. Uno, dos, cinco, diez. El escozor es insoportable. Gimes y él se ríe.

"¿Te duele, puta? Pues todavía no hemos empezado."

Coge su cinturón y los siguientes golpes son con cuero. El chasquido resuena en tu piso. Tus nalgas arden, están rojas como tomates. Lloras pero tu polla está dura contra el suelo empapado de su meo.

"Mira la cerda, se pone cachonda con los azotes."

Te da la vuelta dejándote boca abajo, culo arriba, todavía atado. Se arrodilla detrás con un poco de lubricante, escupe en tu agujero y te la mete entera de golpe.

Gritas. Él te tapa la boca con una mano y embiste sin piedad. Sus 17cm te destrozan el culo, entrando y saliendo mientras tú lloras y gimes contra su mano. El sonido de sus huevos golpeando tu culo inundado resuena en tu salón.

"Esto es lo que querías, ¿verdad perra? Que un maduro calvo de 64 años te rompa el culo en tu propia casa como la zorra que eres."

Te folla durante minutos eternos, cambiando de ritmo. Tus gemidos son música para él. De repente saca la polla de tu culo destrozado.

"Date la vuelta."

Te desata rápido y te pone de rodillas. Te agarra la cabeza con ambas manos y te mete la polla hasta el fondo de la garganta. Te escupe en la cara, se ríe y te folla la boca sal...