Perrito en: El garaje de los moteros II

El segundo motero se agacha, saca una llave, carga polvo y te la pone debajo de la nariz.

"Snif, puto yonki."

Aspiras. El subidón te revienta la cabeza justo cuando Rafa embiste más fuerte, alcanzando el fondo. Tu polla gotea sobre el suelo sucio sin que nadie te toque.

"Este cerdo se está corriendo sin manos," se ríe el segundo motero.

Rafa gruñe, sus dedos se clavan en tus caderas. Tres embestidas más y se queda quieto, llenándote el culo de leche caliente.

"Ahora te toca, Lucho."

Rafa se aparta dejando tu ojete abierto, su leche chorreándote por los huevos. Lucho ya tiene la polla dura, más larga que la de Rafa aunque no tan gruesa. Se arrodilla y te mete dos dedos en el culo, removiendo el semen.

"Está bien preñado el cabrón."

Te penetra de una sola embestida, usando la corrida de Rafa como lubricante. Sus manos tatuadas te agarran del pelo, obligándote a levantar la cabeza. El polvo te tiene el corazón a mil, cada embestida te provoca descargas eléctricas por todo el cuerpo.

"Dale otra raya," ordena Lucho.

El tercer motero aparece. Este es más joven, quizás 25, musculado, cresta rubia y piercings en los pezones. Se agacha con la llave cargada.

"Abre, perra."

Snif. La segunda raya te deja el cerebro fundido. Ya no sabes si duele o te gusta, si quieres que pare o que sigan toda la noche. Tu polla sigue goteando en el suelo formando un charco.

Lucho se corre dentro tuyo con un gruñido animal. Más leche caliente llenándote las tripas. Se aparta y el joven toma su lugar.

"Yo no uso condón ," dice mirándote con desprecio.

Te penetra con violencia, follándote más rápido que los otros dos. El cemento te araña las rodillas, tienes la cara manchada de aceite y mocos de tanto llorar por el polvo.

"Hostia, qué culo más usado."

La puerta del garaje se abre de golpe. Entran cuatro tíos más del club, todos con chalecos de cuero, algunos sin camiseta debajo. Uno de ellos lleva una botella de whisky medio vacía.

"Joder, habéis empezado sin nosotros," dice el más corpulento, un calvo con barba canosa y brazos como troncos.

El joven te sigue follando mientras los recién llegados forman un círculo alrededor. Uno de ellos se baja la cremallera y empieza a mearse en tu espalda mientras te usan.

"Míralo, el perrito aguanta lo que sea."

El joven se corre dentro tuyo y se aparta. Tu culo ya no cierra, la mezcla de semen de tres tíos te chorrea obscenamente por las piernas. El calvo corpulento se acerca, se baja los vaqueros y saca una polla enorme, gorda como una lata de refresco.

"Preparaos, chavales, que esto va a ser divertido."

Te la mete entera de un golpe brutal. El dolor es insoportable pero el polvo te tiene tan colocado que gritas de placer. Los otros se ríen, algu...