EL Acompañante (Parte VII)

7.-

¿Extrañaba Facundo su anterior vida?

Se lo había preguntado y la respuesta era no. No extrañaba los malos ratos, las zozobras, la precariedad, la familia, los amigos. A la familia la había superado ya en la universidad, a los amigos los había comenzado a cuestionar por que lo fueron dejando en su cesantía. Lo que extrañaba era el fútbol. Le gustaba jugar y tenía una liga con casi unos desconocidos, con los que se juntaba todos los miércoles o viernes, pero ahora ya no podía.

Salvo aquella ausencia, su nueva vida le parecía muy satisfactoria. Ahora más aún. Había aceptado trabajar un año con su jefe en condición de dedicación 24/7, con la promesa adicional de retomar su carrera periodística en la televisión deportiva.

No tardo en responder con la aceptación, no sin antes escuchar detalladamente los términos del contrato y de conversar brevemente con la mujer, que le dijo:

- No me equivoqué contigo. Cuando termines, puedes volver conmigo.

El día previo, Juan Bernardo le dijo a Facundo los términos del contrato: Lo hizo en su estudio, mientras el asistente estaba de pie, evitando su mirada.

- Estos son los términos del contrato que te ofrezco. Escúchalos con atención, analiza si puedes cumplirlo y responde cuando estes seguro. No espero una respuesta ahora, tómate un tiempo prudencial y me lo informas. ¿Entendido?
- Sí Señor, entendido.

Y con la seguridad que lo caracterizaba, comenzó a detallar los puntos del contrato:

La duración sería de 365 días desde su firma.
No habría jornada de trabajo, por lo cual la disponibilidad es de 24 horas por día.
Sería el asistente para todos los trabajos que se le asignase Juan Bernardo.
Seguiría todas las instrucciones que le impartieran.
Juan Bernardo tendría control absoluto sobre su tiempo, forma de vestir, alimentación, actividades.
La disponibilidad de Facundo sería 100% a requerimiento de su jefe.
Facundo debería mantener su fisonomía conforme a los términos que su jefe dispusiera, en cuanto a su conducta, apariencia, etc.
El jefe le haría los requerimientos que estimase necesario y facundo no pondría objeción.
Solo el jefe podría rescindir el contrato. Facundo se obligaba a cumplirlo y a no plantear objeciones.
La remuneración sería mensual y todos los gastos de estadía, alimentación traslados, vestuario, acogimiento y preparación serían de cargo del Jefe.
Cualquier instrucción que implique modificación corporal será debidamente compensada y éstas no podrán implicar riesgos para la seguridad, salud o integridad del asistente.

Cuando terminó de señalarle los elementos del contrato, el jefe preguntó:

- ¿Alguna duda o consulta?
- No Señor, no tengo.

Mintió, tenía muchas dudas, pero no quería que éstas debilitarán su voluntad de permanecer al s...