Bully en Locktober 25

Ulises lleva 22 días en castidad… Enrique 24

-Mírala bien esclavo- le digo a Ulises después de que ha despertado, tiene el cabello enmarañado y el rostro ligeramente hincado, está de rodillas en el piso, aún tiene su verga sin jaula pero mantiene las manos detrás

Muevo mi verga de un lado a otro simulando que lo hipnotizo como en la televisión, Ulises mueve sus pupilas de un lado a otro como un gato que se dispone a saltar.

Estoy sentado en mi cama, completamente desnudo, mi cuerpo delgado y menudo es mucho más pequeño en dimensiones que es suyo, aún así yo soy quien manda, yo soy quien tiene el poder.

Dejo de moverme y se la acerco a la nariz- huélela perro, apréndete el olor de tu Macho- miro una erección instantánea en ma verga de Ulises, pero no digo nada, he aprendido a estudiarlo cuando estoy delante de él para medir sus reacciones, el en cierta forma se percibe observado y no le molesta, le gusta.

Ulises aspira profundo con su nariz en mi glande, se toma muy en serio la tarea de aprenderse mi aroma, eso me gusta de mi esclavo, que escucha las órdenes y las ejecuta, es claro que disfruta de su sumisión, le excita recibir órdenes, se esfuerza por cumplirlas a la perfección… es en el fondo un hombre exigente en todos los aspectos de su vida… no se permite fallarme porque es parte de su naturaleza.

Lo conocí cuando entramos juntos al bachillerato, el venía corrido de otra escuela, en clases era el típico cabroncito desmadroso que sacaba de quicio a los profesores… pero en los deportes era el rey, ahí empezaron nuestras diferencias, en una clase de deportes me tocó en su equipo de fútbol, siempre he sido terrible con las pelotas, mis pies no me obedecen…

Para Ulises era humillante perder, no una humillación como la que ahora disfruta, sino una humillación angustiante, se veía en su cara siempre la necesidad de ganar… aquella vez perdimos.

-Eres un inútil cabrón- me dijo a mitad del partido- ponte cerca de la portería y estórbale a esos pendejos no a nosotros-

Desde aquel momento, cuando me gritaba sentí una extraña atracción hacia él, se veía tan varonil cuando me gritó… tan hombre, tan grande, tan fuera de sí…

-Abre la boca- le ordeno mientras tengo en mi mente el recuerdo de aquella vez- tu garganta tiene que ser una funda para mi Verga- le digo.

Ulises me mira con la boca abierta, esa misma boca que me llamó inútil tres años atrás ahora está abierta esperando que le meta mis 22 centímetros gruesos en ella.

-Vas a tener que esforzarte para complacerme, porque quiero que la tragues completa y aprendas a tenerla dentro de ti- le digo mirándolo a los ojos.

Aquel fuego con el que me empujó cuando terminó el partido sigue encendido, es el mismo Ulises insensato y altanero que ahora explora otra parte de su personalidad…