Luna en Cáncer 10

Papá y Ricardo me llevan al cuarto a empujones, la cama está destendida y hay un olor fuerte a sexo en el ambiente.

Ricardo abre la ventana- ciérrala Papi, no quiero que se escuchen los gritos del esclavo afuera- le dice a Ricardo

Mi papá me llama esclavo y la mente me explota… tal vez el privilegio que más añoro es el de ser su hijo.

Me acuesto boca abajo y mi papá me ata los pies y los brazos en posición de “X” a los tubos de herrería de su cabecera. Me siento inmóvil y expuesto, la desnudez ahora no es solo humillante también me hace sentir completamente desprotegido y a merced.

Ricardo saca un objeto del clóset mientras mi papá me amarra los pies, lo pone delante de mi, es un látigo de mediano tamaño, doblado… la sangre se me hiela “mi papá me va a azotar” pienso aterrado.

-Supongo que sabes que mereces el castigo, esclavo- me dice Ricardo sujetándome la cabeza y pasándome el látigo por la boca-

-Si Amo- respondo, hace unas horas Ricardo me ha ordenado que a partir de ese momento debo llamarlos “Amos” a los dos

-¿Qué haz hecho mal, esclavo?- me pregunta Ricardo sosteniéndome los cabellos con las manos

-Lo que cociné no sabía a nada- respondo. Pasé dos horas haciendo la comida, nada elaborado por ser la “primera vez” pero olvidé ponerle sal. Papá me tiró la comida al piso y me obligó a comerla del suelo.

Ricardo se levantó de la mesa, se paró sobre la comida y comenzó a dar pisadas fuertes sobre ella, luego se sentó en una silla y dirigió su suela sucia a mi cara- come, con el sabor de la suela te va a saber mejor- me dijo.

-Sabes que tenemos que castigarte ¿no?- preguntó mi papá mirando detrás de mí como comía de la suela de Ricardo

-Si Amo- respondí masticando antes de lamer otro tanto de los alimentos embarrados en la suela de Ricardo

-Termina de comer para que podamos enseñarte la lección- me dijo

Cuando la suela de Ricardo estuvo bien limpia continué comiendo de lo que estaba en el piso, mi papá se levantó a escupirle… comí justo en donde estaba su saliva sobre la comida… hizo lo mismo una segunda y una tercera vez.

Luego seguí comiendo del suelo, humillado y desnudo en medio de los dos hombres que me miraban sentados, molestos.

-Pide lo que quieras Papi- le dijo mi papá ofreciéndole su celular para que pidiera comida…

-¿te parecen bien mariscos?- dijo Ricardo y mi papá asintió… ellos comerían mariscos y yo estaba comiendo del piso, los restos de una comida que siendo honestos tenían razón en haberse negado a comer.

Papá toma el látigo y escucho que lo hace tronar en el aire… me tapan los ojos con una venda y comienzo a mover mis nalgas y mis piernas en verdadera ansiedad…

Mi mente trata de escaparse y recuerdo la charla que tuve la noche ...