Los Tres Colegas

Marcos y Javi llevaban semanas bromeando con David sobre lo que pasaría cuando por fin se decidiera a venir a casa después de tanto coqueteo por WhatsApp. David era más joven, más delgado, y tenía esa mirada que prometía obediencia total cuando se lo pidieran con la suficiente firmeza.

"Venga, maricón, que ya es hora de que vengas a casa y nos demuestres si eres tan sumiso como presumes", le había escrito Marcos la noche anterior. David había respondido con un simple "mañana voy" y un emoji de fuego.

Cuando David llegó al piso, Marcos y Javi ya estaban esperándolo en el salón, cada uno con una cerveza en la mano y esa sonrisa que David conocía demasiado bien. Sabía que no había vuelta atrás.

"Quítate la ropa, David. Queremos verte desnudo mientras nosotros decidimos qué hacer contigo", ordenó Javi sin preámbulos. David obedeció en silencio, dejando que sus manos temblaran ligeramente mientras se desabrochaba la camisa.

Marcos se acercó y le agarró la cara con fuerza. "Vamos a empezar con algo sencillo. De rodillas y chúpanos las pollas a los dos. Queremos verte trabajar."

David se arrodilló entre ambos mientras Marcos y Javi se desabrochaban los pantalones. Sus pollas ya estaban medio erectas, y David sabía que tenía que demostrar que merecía la pena. Empezó con Marcos, metiéndose la polla entera en la boca hasta sentir cómo le golpeaba la garganta. Javi le agarró la cabeza desde atrás.

"No pares. Chúpamela a mí también", gruñó Javi, tirando de él hacia su polla. David alternaba entre ambos, sintiendo cómo se le llenaba la boca de saliva y cómo le empezaban a llorar los ojos del esfuerzo.

Marcos se inclinó hacia Javi y le plantó un beso profundo mientras David seguía mamando. "Está haciendo buen trabajo el cabrón", murmuró Marcos entre besos. Javi respondió mordiéndole el labio y agarrando con más fuerza la cabeza de David.

"Ahora los pies", ordenó Javi, apartando a David de su polla. "Quiero verte lamiendo nuestros pies como el perro que eres."

David se puso a cuatro patas y comenzó a lamer los pies de Javi, pasando la lengua entre los dedos mientras Marcos se colocaba detrás de él y le separaba las nalgas. "Qué culo más apetecible tienes, David. Voy a preparártelo bien."

Marcos comenzó a lamer el culo de David con avidez, metiéndole la lengua bien adentro mientras David seguía concentrado en los pies de Javi. Las sensaciones eran abrumadoras: la humedad cálida de la lengua de Marcos explorando su interior, el sabor salado de los pies de Javi, la presión de las manos de ambos sobre su cuerpo.

"Métele los dedos", le dijo Javi a Marcos. "Quiero que esté bien dilatado para cuando le metamos las pollas."

Marcos introdujo primero uno, después dos dedos en el culo de David, moviéndolos con fuerza mientras David gemía con la boca llena del pie de Javi. "Es...