CLICK, CLICK, ZIIIIIP. XXXI.- LAS CLAVES DE LA AGENDA 🎵

ATENCION, EN ESTE CAPITULO HAY UN TROZO QUE VUELVE A SER UNA MUESTRA MÁS DE LO QUE ES LA PUTA VIDA, QUE SI QUEREIS SALTAROSLO ESTA METIDO ENTRE LAS BARRAS QUE HAY MARCADAS POR ASTERISCOS TIPO ***************

BESOS Y SEGUIMOS CON LA HISTORIA...



Kikiriquiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, kikiriquiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, un gallo nos despierta, eran las 6:30 de la mañana.

Los dos hombres que me habían dominado esa tarde noche estaban roncando desnudos y semiempalmados.

La polla de Santi era una pasada porque a semiempalmar era como la polla de un bebé, pero enorme, con todo el prepucio que tenia de piel gruesa, era como ver un cuerpo desnudo de un bebé agrandado con la macrofilia precisa, precioso.

La de Ángel era igual de maravillosa, tenía la piel justa en el prepucio, con la piel más fina que Santi, pero era más gorda y larga, por lo que se veía un pollón que se salía de la línea de los huevos e iba un buen trozo más para abajo, con su capullo más grande que el resto de la polla. Majestuoso.

Me quedé mirando los dos rabos hasta que se fueron despertando, hipnotizado.

Yo olía a ellos y ellos olían a mí, era una mezcla de olores increíbles que dejaban patente lo que había pasado porque mi entrepierna estaba empapada con su semen que habían caído por la pierna y ya estaban hasta secos.

Lógicamente así no podíamos aparecer en el pueblo. La verdad es que era muy temprano y podíamos decir que nos habíamos quedado en Madrid a dormir y eso hicimos.

Despedimos con afecto mi suegro y yo con pasión a Santi, y ambos nos fuimos hasta su casa en Madrid.

La nueva manera de estar con mi suegro era cansada, pero superexcitante. Nada más cerrar la puerta me desnudé como quería y así tenía que seguir hasta que nos fuésemos. Aprovechamos para darnos una buena ducha y después de ella yo tenía tarea que hacer como me había mandado mi suegro.

Él en su sillón donde ve la tele se despatarró y yo tenía que dedicarme a sus piezotes, todo grandes y gordos. No podía pasar del tobillo para arriba. Él se durmió bien a gusto y yo empezaba a conocer su piel, partes de su cuerpo y sus olores porque eso me había ordenado los primeros meses.

Al final de ese periodo consiguió por primera vez en mi vida que cuando entraba en una habitación en donde haya sudado él, o los pies, o el sobaco, o ... todo su cuerpo en general, en cuestión de segundos yo me empalmaba porque reconocía cada poro de sudor.

Mi suegro dejó todo lo que llevaba en los bolsillos encima de la mesa del salón, pero la agenda amarilla donde anotaba mis incumplimientos no estaba con el resto de cosas.

No es que fuese cotilla, o si bueno, pero me intrigaba saber dónde tenía la agenda amarilla.

Me fijé que él tenía una mariconera que solía llevar todos los días encima, y había me...