Recursos Subhumanos 6

El salón circular se llenó de aullidos y lamentos, era un espectáculo que desde fuera debió haberse escuchado horripilante…

Llorábamos y nos lamentábamos como si fuéramos un grupo de guerreros que había sido derrotado en una batalla.

De pronto se escuchó el sonido de un látigo y la voz de Libardo se transformó en una voz poderosa y autoritaria.

-¡Silencio fags!- nos ordenó la voz, bastó que lo dijera una sola vez para que el cuarto quedara en absoluto silencio.

-Por eso están aquí- nos dijo conservando su voz poderosa y autoritaria- porque cuando tengan esa castidad puesta su verga habrá desaparecido por completo… no son hombres, son fags… y la única forma en que tendrán una verga en su cuerpo es metida adentro de sus orificios.

Manteníamos los ojos cubiertos, no podíamos ver, el silencio era tal que escuchamos con claridad cuando Libardo se bajó el pantalón… casi puedo decir que aunque estaba a muchos pasos de él podía oler su Verga…

Sentí el estremecimiento de mis compañeros que, como yo, sentían hambre y deseos de ella, comencé a salivar y sentí una enorme necesidad.

-De rodillas, rueguen por mi Verga- nos ordenó Libardo

-Por favor Señor, deme verga- comencé a rogar, arrodillado, acercándome a él, sentí el látigo cerca de mi advirtiéndome que no me acercara

-Se lo suplico, cójame- rogó Yahir

-Necesito su Verga, necesito su Verga- suplicaba Jimeno

El látigo azotaba el piso haciendo una línea imaginaria entre Libardo y nosotros… no parábamos de rogar… no puedo explicar porqué pero en aquel instante no había nada más importante para mi que sentir una verga en mi boca o mi culo…

-Por favor por favor por favor- repetía una y otra vez a gritos pero mi voz se perdía entre las súplicas de mis cuatro compañeros…

-¡Silencio!- nos ordenó Libardo… el cuarto se quedó en un silencio absoluto… de pronto escuchamo a Ulises lanzar un gemido - ahhhh ahhhhh ahhh- era un gemido ansioso, de placer pero de un placer incontenible… se escuchó el golpe de la piel de una pelvis contra las nalgas de Ulises, no era Libardo, porque sentí a Libardo m delante de nosotros… había alguien más en el salón y le estaba dando a Ulises aquello que deseábamos tanto todos los demás.

Sentí a Libardo acercarse hacia nosotros- siéntela- le dijo a alguien, escuché que la usaba para golpear una mejilla- huélela, deséala… no es tuya y solo la tendrás unos momentos - le ordenó a mi compañero- abre la boca, más grande… más grande…

-¡¿La quieres?!- preguntó Libardo lanzando un grito tremendo, muy varonil

-Por favor- escuché a Renan suplicar casi llorando

-Traga fag- dijo Libardo y escuché con claridad el sonido de la boca de Renan tragando y disfrutando la Verga de Libardo…

Ulis...