La vida seguía, ya no faltaba nada para que regresase P de sus vacaciones. Como dije antes, algo había pasado que cambió muchas cosas.

Ya llegó por fin, fue una emoción inenarrable.

Por un lado, aparqué un tiempo lo que estaba viviendo con el sexo y el BDSM, porque con los hombres solamente me apetecía hacerlo con él.

No tiene descripción lo que sentíamos en el sexo, juntos, descubrimos casi todo. Pronto llegó la penetración, yo a él, pero también el a mí. Perdonadme que no cuente los detalles. Tampoco hay mucho que contar porque no era nada de BDSM ni le hice lo que yo había aprendido hasta el momento. Todo surgió natural, todo fue maravilloso. Hacíamos el amor todos los días una, dos y hasta tres veces. Eso sí que fue un aprendizaje en el sexo.

Lo que sí se dio es que con el paso del tiempo nos fuimos adaptando a lo que nuestros cuerpos llamaban en el sexo porque, si bien mi amigo y yo nos follábamos y disfrutábamos por igual dando que recibiendo, el tiempo hizo que yo desarrollase mi vena activa y mi amigo la pasiva.

Eso daba lo mismo porque lo bonito es la pareja que hacíamos y lo bien que iba todo por tendencia de cada uno a ser de una determinada manera.

Claro, lo que pasa es que a mí, que sé o sabía, la atracción que me provocaban las mujeres desde pequeño, con quien me desvirgué fue con los hombres mientras tenía mi novia.

¿Había cambiado esa atracción por algún casual?

Por aquel entonces (finales de los 80) tampoco era vital el estar desvirgado, pero ya iba siendo natural que pasase.

El me hacía ver el cielo cada vez. Pero iba siendo ya urgente que lo hiciese en concreto con mi novia, si ella me dejaba, claro, porque tenía una nueva novia de la facultad desde hacía ya meses y también la quería.

Algunos diréis que eran cuernos. No se explicarlo, pero os juro que no eran en verdad cuernos, era... otra cosa. Debería de ser algo natural, tener a tu mejor amigo para jugar y mientras iba creciendo el amor por tu novia. Recordemos que mi amigo no era gay, pese a todo lo que hacía conmigo. Era ... otra cosa... De hecho, la vida le ha llevado a casarse y hasta tiene tres hijos ahora. Y está felizmente casado eh.

Sí se puede querer a dos personas a la vez en este contexto, lo tengo claro porque lo viví.

Pero volvamos a ese año, en que algo en mi había cambiado y podía tener confusión interna. Tenía como una carga emocional encima, como una losa que me hacía sentir culpable y que me empezó a costar abordar el hecho de metérsela por primera vez a mi novia.

En un viaje que hicimos ese año los amigos de la facultad afronte ese asunto. Además, me vino bien que estábamos en la cama besándonos etc... y en ese momento llegaron las 5 amigas con quien compartía habitación.
Pues me quedé allí durmiendo con ella y en posición de cucharit...