El Encuentro
Hoy es un gran día… Voy a dejar de ser un pajillero.
Me llamo Esteban y ayer por fin cumplí la mayoría de edad, 18 añitos. 170, 55 kg castaño pelo corto. Nunca pensaba que iba a llegar este día. ¿Sabes qué? Soy maricón. Hoy me lo voy a demostrar. El mundo entero intentando demostrar que no, no eres asi… Pues hoy salgo de dudas. Porque hoy me voy a estrenar. 2 años soñando con eso. Estoy de camino a un cruising conocido, lo he leído en varios relatos de internet. En las afueras de Madrid, pero tampoco está lejos de mi casa a una media hora en autobús. Me falta poco por llegar. Para matar los últimos minutos abro la famosa App de contactos gays, a ver lo que hay conectado. De Nick me he puesto “Por estrenar”. Nada más abrirla “click” un mensaje.
“¿Qué te va?”. Miro el perfil. El tío no está mal. 30 tacos. Ojazos verdes, sonrisa bonita. ¿Será el que me quitará la pajillería?
Levanto la cabeza, hostia ya estamos llegando. Cojo la mochila, me levanto del asiento y le doy al botón de solicitar parada. Parece que nadie más del autobús baja aquí. Mejor. Bajo del autobús. Me ajusto la gorra. No vaya ser que me reconozcan. Me dirijo hacia el fondo de la calle donde está el descampado. Ando nervioso. Pero tengo unas ganas… A lo lejos veo pasar un chaval, mi edad o poco más. Luego otro, y otro. Todos van en la misma direccion, entonces por allí hay que ir. A paso rápido cojo el mismo camino, a través de la maleza. Cabizbajo, yo casi me doy con un tío, un cincuentón alto, con buena percha, trajeado, rubio.
- ¡Podrías mirar por donde vas! -dijo el hombre de una forma borde y autoritaria
-Perdón-balbucee apartando la mirada
Seguí mi camino. Veo dos tíos metiéndose mano en los matorrales. Me fascina la situación. “Tío, hoy pierdes la pajillería, te estrenas” me digo a mi mismo. Y empiezo a dar vueltas. Me cruzo con un negro. No está mal. Pero no, mejor estrenarme con uno menos exótico. Me cruzo con uno más clarito. Me doy la vuelta. Él también se da la vuelta. No, demasiado bajito. Además, tiene una sonrisa tonta. Miro el reloj: joder llevo ya media hora dando vueltas. “Tío tienes que concretar” me dijo a mí mismo. Meto la mano en la mochila. “joder he olvidado el tabaco. Mierda”. Miro alrededor ¿y quién veo? el cincuentón del principio, sentado en un árbol caído, fumándose un piti, mirando el teléfono móvil. Me ve, me mira:
-Vaya volvemos a vernos
-Si, eso parece-dije apartando la mirada
-Parece que tu destino es encontrarte conmigo
- ¿Me das un cigarrillo? - le pregunto,
-Gánatelo me volvió a decir de forma autoritaria y borde, clavándome la mirada mientras daba una calada al piti.
- ¿Y eso cómo se hace? pregunte
Se levantó diciéndome “sígueme”, y yo como un autómata detrás de él. Se paró y me dice “No, mejor tu delante” y mientras paso delante noto su mano en mi p...