Soy hijo único y mi padre había fallecido años atrás. Me crie con mi madre que era muy comprensiva y me dejaba mi espacio y me daba libertad. Ella me daba una paga semanal que  sabía  administrarla bien.  Además algunos días trabajaba en un kiosco de prensa de donde sacaba algún ingreso más para mis gastos. En este kiosco  conocí las revistas  pornográficas, me excitaban de forma brutal, las miraba de cualquier temática, pero descubri que la temática  y relatos gay me ponían  mucho más, me sorprendí  masturbándome imaginando fantasías con otros hombres y me resultaba excitante. El día anterior al relato fue mi cumpleaños, cumplí 16 años. Durante la celebración, era  sábado, alguno de mis regalos fueron algunas cantidades de dinero que me dieron. Entre este y el resto de mis ingresos reuní una bonita cantidad y pude trazarme mi plan para el día siguiente, domingo. Como solía hacer un domingo al mes, mi plan era acudir al mercado de San Antonio a comprar algunos libros de segunda mano, a comer un par de bocadillos y más tarde ir a algún cine cercano a ver una película. Así lo hice y me dirigí al mercado. Estuve dando vueltas adquiriendo algún libro interesante hasta que en una de las paradas vi tres tomos del género bélico que era un género que era de mi agrado. Consulte el precio y si bien hoy en día sería irrisorio en aquel momento me  parecía algo elevado.  Decidí seguir dando vueltas y esperar a la hora de cierre que es cuando suelen rebajar los precios. Cuando era la hora me acerque de nuevo para interesarme por los libros, ya estaban recogiendo, estaba el dueño de la parada y un ayudante de aspecto árabe de unos 45 a 50 años guardando el género. Cuando le requerí por los libros me dijo que ya estaban guardados y que volviera el próximo domingo, quede muy decepcionado. Siguiendo con mi plan me fui a comer los bocadillos. De camino  volví a pasar por donde estaba la parada ya recogida y vi al ayudante de aspecto  árabe con dos carros cargados con los libros para llevarlos al almacén. De pronto escuche que me llamaba el ayudante,  me decía chico ven, me acerque y me propuso que si le ayudaba a transportar uno de los carros al almacén que una vez allí me buscaría los libros y me los regalaría. Aquello me pareció  fenomenal y no lo dude ni un solo momento y me preste a ayudarle. El día era caluroso y el carro bien pesado y a pesar de que el almacén estaba cercano sude lo indescriptible, además el almacén era amplio pero muy caluroso también. Ponte fresco me dijo mientras se quitaba la camiseta, me sentía tan sudado que no dude en hacer lo mismo. Me ofreció un vaso de coca cola y le agrego ginebra,  además prendió un cigarrillo y me lo ofreció también, yo no bebía licores ni fumaba, pero por quedar bien, ya que iba a regalarme los libros bebí y fume. Al cabo ...