-Esta será la única vez que nos veremos. Tú lo has querido así, y aunque sé que después de someterte a mí, me rogarás que repitamos y estar a mis pies otra vez, no sucederá.

-Pero..

-Pero nada... has dicho que querías probar, y eso es lo que harás... Eso si... esta noche serás mi esclavo y te someterás a mis ordenes sin resistirte, y harás todo lo que te diga y mañana a las 8 AM ... serás libre...¿ok?

-Vale- contestó Carlos un poco nervioso, pero decidido.

Carlos tenía 41 años, era un hombre atlético, acostumbrado a entrenar lo necesario para sentirse bien y en buena forma. Trabajaba en su propio negocio y tenía un buen pasar económico. Estaba soltero desde los 37 y se sentía bien así... usaba habitualmente aplicaciones para conseguir sexo, pero desde hace unos meses se sentía insatisfecho de la rutina "hola, tienes sitio, quedar, mojar y pa casa". La mayoría de las veces era activo, porque según él, en sus experiencias como pasivo no había tenido la suerte de encontrar un activo que se lo follara como él se follaba a otros tíos...
Sin embargo hace un tiempo decidió abrirse a la posibilidad de encontrarlo y se dejó follar en algunos encuentros con tíos versátiles, y tuvo algo de suerte y comenzó a desear algo más.
Poco a poco comenzó a ver porno más guarro y al masturbarse jugaba con sus dedos en su ojete. Como activo, Carlos nunca fue muy bruto, quizás un poco dominante, pero en los vídeos que empezó a interesarse le llamó la atención las escenas en que un tío pasivo lame los pies de un macho que luego lo empotra, o las escenas de prisión, donde un grupo casi violaba a un tío fuerte que termina siendo sometido...En poco tiempo ya estaba teniendo orgasmos brutales imaginándose en la situación del sumiso...

Se obsesionó con los pies. Veía vídeos dedicados especialmente a ese fetiche. En los meses de verano miraba los pies de hombres en chanclas que veía en la calle, y fantaseaba con lamer aquellos que le parecían bien cuidados y bonitos.

Durante este tiempo seguía con su rutina de quedar con algún tío de las aplicaciones, pero comenzó a quedar no sólo con pasivos y versátiles, sino con activos ... y en alguna ocasión se atrevió a tocar y lamer los pies de uno de ellos, pero no tuvo muy buena acogida.

Se sentía inseguro pero tenía ganas de algo más. Comenzó a ver y leer cosas sobre BDSM, y algunas cosas le parecieron muy extremas. No se sentía inferior a nadie, pero sentía excitación por ser dominado por otro hombre y poco a poco se abrió a la posibilidad de probar.

Así fue como Carlos llegó a Xtrudr....
Continuará...