Mi padre IV

Hay padres e hijos que pasan tiempo juntos con el deporte, haciendo recados, o sencillamente cada uno en su parte de la casa pasando el fin de semana. Mi padre y yo también pasábamos el fin de semana juntos, pero con nuestra afición en común en que se había convertido nuestra relación. Recuerdo sábados en los que me levantaba yo primero, con la casa en silencio y con el sol ya entrando por las ventanas, parecido a cuando era un niño y me ponía los dibujos en la tele. Pero esta vez me ponía porno aprovechando que tenía el ordenador en el salón conectado a la tele, y me sentaba en el sofá, en el que los “viernes de pajas” se había montado una buen fiesta con mis colegas, y le daba caña al manubrio recordando momentos y poniéndome vídeos de alguna página que me gustara.
Mi padre se levantaba y me veía pajeándome a tope. Yo estaba tan concentrado disfrutando que ni siquiera le pregunté si le había despertado el volumen de la tele, aunque como dormíamos los dos desnudos, sí me fijé en que llevaba una buena erección mañanera.
-Buenos días hijo. - me dijo con un bostezo.
- Buenos días papá.- dije yo sin parar de masturbarme.
- Voy a hacer el desayuno.- dijo mientras se frotaba la cara de camino a la cocina y con su polla señalando al frente.

Yo seguí a lo mío, me imaginaba que me haría también a mí, y como me apetecía correrme viendo ese cuerpo de señor madurito pero bien trabajado, me contuve y aguanté corrida hasta que volvió con una bandeja con cereales, café, zumo y galletas.
- ¿Estás disfrutando hijo? -preguntó cuando dejaba la bandeja sobre la mesa de fumador.
- Sí papá, estaba esperando que volvieras para correrme contigo...- dije entre cortado por las oleadas de placer y el esfuerzo de no correrme todavía.
- Jeje, pues aquí estoy cariño. - me tocó la rodilla- ¿Quieres correrte en mi café?
- Uffff, claro papá.

Me acercó la taza toda vía humeante e hice esfuerzo de levantarme pero la corrida era inminente. MI padre estuvo rápido y puso la taza bajo mi cipote que yo bajé para correrme con cinco buenos chorros que solté entre convulsiones mientras mi padre me animaba.

-Eso es cariño, muy bien. Ese es mi niño.
- Ufff papá, qué corridón...
-Estabas necesitado ¿eh?
- Me ha gustado mucho poder correrme en tu desayuno.
- Jeje, y a mí hijo. Ya lo ves- refiriéndose a que su polla estaba bien erguida mirando al techo.
-Ya veo ya... joder papá, es que casi me pone más que no te puedas aliviar y yo esté aquí quedándome seco.
-De eso se trata hijo. Tú no retengas que ya lo hago yo, tú córrete bien por los dos para que estés vacío y no acumules. Luego quiero mamarte ¿eh?
- Joe papá claro. ¿No tienes agujetas en la boca de todo lo que me la has chupado estos días?
- Hijo, te lo dije y te lo vuelvo a decir: Si por mí fuera estaría todo el día con tu rab...