Mi destino ser azotado y juguete de mi tío de muy joven

Está historia contiene incesto.

Yo erá un chaval más bien agraciado, pelo muy moreno, ojos verdes, piel más bien blanca y nada de vello hasta los 17 años.

Fui un niño muy pudoroso, vamos que dormía con el slip y pijama para sentirme más protegido.

De nada me sirvió ya que estaba enfermo y con fiebre muy a menudo.

El médico de cabecera venía a visitarme con su maletín.

Cada vez que venía me tenía que auscultar empezaba por la espalda con su estetoscopio, recuerdo que tenía que toser suavemente y luego un poquito más fuerte.

Luego hacía el mismo proceso con mi pecho con ese instrumento muy frío por cierto.

Luego me pedía de quitarme el pantalón de pijama para ver el reflejo que tenía en las piernas con un martillito pequeño.

De seguido me pedía de tumbarme en la cama y me auscultaba la tripa y el pubis.

Eso me ponía bastante nerviosa.

Lo peor venía cuando sin decir nada me bajaba el slip para tocarme los testículos y descapotar el glande de mi polla.

Esto se convirtió en un ritual, cada 2 o 3 meses que caía malo.

Para colmo era mi tío que se ocupaba de ponerme los supositorios e incluso el termómetro cada vez que caía malo, en aquellos tiempos se colocaba en el ano.

Os podéis imaginar la vergüenza que sentía cada vez qué pasada por un proceso de enfermedad.

Lo peor empezó cuando empezó a despertar mi sexualidad a los 14 años.

Siempre el mismo doctor venía a casa y la verdad que conocía mi cuerpo casi mejor que yo.

El problema era que desde el momento que me pedía de bajar el pantalón de pijama ya estaba empalmado porque sabía que después me dejaba mi polla al descubierto.

Además, no solo estaba el doctor mientras me examinaba sino que también estaba mi tío delante de mirón.

Mi hermano y yo vivíamos con mi tío, nunca conocimos a nuestros padres.

Normalmente mi hermano y yo dormíamos siempre en la misma habitación excepto cuando yo caía malo y con fiebre, mi tio prefería meterme en su cama para cuidar de mí.

Una de las veces que cae malo qué recuerde tenía ya con 15 años y yo estaba muy caliente por la fiebre, mi tío me hizo bajarme el slip para colocarme el termómetro en el ano, me empalme de inmediato y me tapé la polla con las manos por la vergüenza que sentí.

Cuando llegó el doctor era ya de noche y yo estaba en la cama de mi tío, me examino como siempre y por supuesto me bajo el slip, nunca supe porque tenia la costumbre de tocarme los genitales y mi glande a pesar de estar empalmado y ser más mayor.

Aquella vez la fiebre me había subido más que otras veces y el doctor decidió de ponerme una inyección en el culo.

Me pidió de darme la vuelta sobre la cama con el culo al aire para recibir la inyección.

Acabe llor...