Contexto: el último puente de Andalucía antes de la Pandemia.

Me había cruzado con mi paisano en La Nogalera: como siempre tan guapo, rodeado de gente guay y mazado, lejos de aquel gordo marikita del instituto que se labró un lugar en el mundo gay a base de gym y la buena ropa en la que quemaba su sueldo de dependiente en una tienda de ropa, entre otras cosas.
Al verme, sorpresivamente se acercó y me saludó educadamente, no por mí, sino por mi acompañante, un niñato del pueblo semi-inocente y digno de de 19 años que habíamos “adoptado” porque nos faltaba una persona para ser 4 y así poder alquilar dos habitaciones dobles en el Hotel Ritual. Era su primera vez en Torremolinos y ya había alucinado esa misma tarde en el spa del hotel al que bajamos para reponernos del viaje.
Empezó fuerte:
después de recorrer el pequeño circuito de aguas y sauna, nos dijo que “la habitación negra de la esquina no echaba vapor ni nada”. Le dijimos que era un cuarto oscuro.
Niñato Adoptado por conveniencia: –“¿como el de Pub Cruising de Veraplaya?
Yo: -Exacto, es que en este hotel lo tenemos todo en uno: alojamiento, sauna, zona de cruising, sitio para follar por Grindr y vecinos haciendo CHILS.
NAC: ¿chill?, ¿no se quejan los de la habitación de al lado?
Yo: -no es esa clase de Chill... .Miro que entran: un guiri a la zona de masajes y un grupo de veinteañeros con al parecer, otro niñato adoptado, o eso creía.
El Spá empezó a llenarse de gente, desnudos, rabazos, gordos, petado,s jóvenes y viejos. Y nuestro amigo nos seguía, si cambiábamos de la piscina a la sauna de vapor, y ahí fue donde se lanzó un moreno a comerle el rabo a otro delante nuestra (primer acto explícito de sexo).
NAC (Niñato Adoptado por Conveniencia) ya estaba cachondillo. Lo había visto comer rabo en una noche de fiesta, pero con un conocido y borracho, siempre fue de digno en asuntos como el cruising.
Tres de los veinteañeros se metieron en “la habitación negra de la esquina no echaba vapor ni nada”, sirviendo como reclamo a medio spa. Uno de ellos ya le había metido mano a la polla de NAC en los jacuzzis, mi otro amigo se había quedado en el la sauna de vapor tonteando (tocándose la polla por encima de la toalla) con uno de sus prototipos: el típico calvete barrigudo que de no ser marica reprimido estaría de camionero.
Yo lógicamente, de observador: a mí no me miraban ni los viejos, lo que me hizo sentir como ellos, porque uno ya tiene una edad en la que ha pasado con creces ser deseable.
Me fui a la ducha de contraste con el hielo –que no se dónde tenía la gracia, ni fuese noruego-, y pasó por delante de mía mi otro amigo con el “camionero” dirección “la habitación negra de la esquina no echaba vapor ni nada”, NAC los vio y se fue con ellos. Yo me volví a meter en la piscina principal de oyente indirecto de una conversación absurda de unos...