El perro - Parte 3.

Volví a preguntarle si quería irse o parar. Entendía que quizás aquello no le gustaba. Y me respondió: No tío, quiero seguir.

Lo agarré del cuello con la mano izquierda, llevé mi mano derecha lo mas atrás que pude y lance mi mano sobre su cara, mientras con la izquierda aguantaba su cuello y su cabeza. La cabeza no se movió cuando mi mano llego a su cara. Le dolió. Se quedo paralizado. Se llevó las manos a la cara en un gesto de dolor. Me miró y cómo sería mi cara, que aun con sus lagrimas saliendo de los ojos, llevo las manos al suelo, se puso en 4 patas, levanto el culo, agacho cabeza y solo muy decidido: Lo siendo AMO.

Lo traje hacia mi, se pego a mi pierna y lo acaricie. Le agarre de la mandíbula, lo levante y lo acerca a mi boca. Le escupí y le bese inmediatamente luego. Eso de escupir a un perro siempre me ha parecido bastante denigrante y es lo que merecía, pero ese acto y meterle mi lengua en su boca tenia el significado contrario, era como que tenia algo mío en la boca y lo compartiríamos ambos. Era un premio por haber aprendido la lección.

Lo dejé con la cara en la cama mientras buscaba su collar. Me acerque a el haciendo ruido para ponerlo nervioso, y lo conseguí, ya que no sabia que estaba pasando. Cuando le puse el collar, salto de alegría. Su polla no podía estar más tiesa, y a la vez babeaba como nunca había visto a otro perro.

Frente a mí había un espejo y la imagen no podía ser mejor: su cara delante mío y su culo en el espejo. No pude resistirme y le metí 4 dedos del tirón. Se estremeció un poco, estaba muy dilatado y excitado. Ya era hora. Así que cogí el plug cola de perro, le puse algo de lubricante, le puse su cara entre mis piernas, y se la metí sin pensarlo. Gritó. Solo un grito. Parecía como desgarrado. Era una talla XL, bastante grande, pero un perro no puede estar si su collar ni su cola. Ahora lo tenia como quería. Cada vez más unido a mí. Mas perro, mas sumiso.

Ahora ya lo tenia para joderle. Le agarre de la correa, quizás demasiado fuerte, casi le dejo sin respiración. Pero eso vendría unos segundos después. Lo traje hacia mi polla, para que oliera unos segundo, la saque y se la metí en la boca tapándole la nariz. Así conté lentamente: 10…9…8…7…Empezaba a tener arcadas, por eso no la saque, para que aguantara. 6…5…4…Sus manos tocaban mis piernas y sus ojos empezaban a llorar. Hasta el cero le dije, y así fue. Aguantó como un campeón, tirándose al suelo cuando le saque la polla de la boca. Pero no era lo que quería? Comer rabo? Quizás entendió en ese momento cómo se come la polla de un AMO.

Repetí varias veces la misma situación y cada vez aguantaba más. El entrenamiento iba como yo quería. Iba a ser un buen perro. Sufría pero no se iba. Le dije que tenia la puerta abierta, que podía irse cuando no estuviera agusto. No se fue en toda la noche, sino que ademas nos e despegaba ...