No se si uno nace sumiso o se hace. Se que naci gay, aunque al principio me engañaba diciéndome a mi mismo que era bisexual. Pero bueno, dejemos las divagaciones y empezaré desde el principipio. Soy de un pueblo de Toledo, aunque actualmente vivo en Madrid, en mi adolescencia, por temas laborales cambiabamos a menudo de vivienda. Para que no siguiese perdiendo cursos, ya que mis notas eran bastante malas, mi familia decidio llevarme a un internado, nada pijo, ni caro, ni elegante, sino todo lo contrario frio y duro. Algunos afortunados volvian a casa todos los fines de semana, no era mi caso ya que por otro traslado mi familia estaba nuevamente a muchos kilometros. Cuando me incorporé el curso ya habia comenzado, sabia que debía esforzarme porque habia repetido primero y segundo. Estúpidamente pense que al ser uno de los mas mayores viviria bastante bien y nadie se metería conmigo. Esto fue así hasta que Sebas se cruzo en mi camino. Cuando empece me hice amigo de un chaval cordobes, el me fue enseñando que aquello funcionaba de una forma muy jerarquica, los mayores mandaban sobre los de los primeros cursos. Realmente era una selva y eras cazador o pieza, eso si todo a escondidas. Como adolescentes nos haciamos pajas juntos viendo una revista porno, un dia mi colega me confeso que tenia uno de primero que le hacia las pajas, que cuando el estubo en primero se las tenia que hacer a otro de tercero, que habian expulsado por pillarle con un chaval en los baños. Al principio no le creí pero una tarde me presto a su amigo. Cuando le di las gracias me dijo que era solo un prestamo ocasional y que seria bueno que me hiciese con uno propio. Empece a darle vueltas a la cabeza, mo sabía como hacerlo pero de repente me fije en el, le llamaré Sebas, que es un nombre ficticio. El era menudo, muy moreno y medio gitano, su madre era paya. Creí que el sería mi criado sexual, que error mas grande y que pronto mordería el polvo frente a ese chaval. Poco poco fui haciendo amistad con Sebas, era un chaval muy espabilado, más de lo que imaginaba. Una tarde, durante la siesta le anime a que viesemos la revista porno que me había prestado el cordobes, nos pusimos cachondos y nos empezamos a masturbar, cuando estabamos muy calientes decidi tender la trampa. Le dije, Sebas hay una forma de disfrutar más, que tal si tu me la terminas a mi y luego yo te la hago a ti, pensando que cuando él me la hiciese yo no se la iba a tocar. Sebas paro de repente, me miro con cara de asco y me dijo ¿Pero que dices maricón? Te vas a cagar, les voy a decir a todos lo marica que eres, voy a informar al director y te van a expulsar. Maricón, sal de aquí o me pongo a gritar. En ese momento me puse de rodillas ante el suplicándole y llorando. Le dije, no, por favor, haré lo que quieras. No ha pasado nada por favor. Sebas zanjo el tema dandome un guantazo a mano abierta y me mando marcharme. Cuando iba a salir me llamo de nuevo, pense que lo iba a reconsiderar pero ...