Quebrada mi resistencia en la cárcel, ahora me queda obedecer a mi amo, sólo deseo que llegue el día de mi libetad.

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Hacia todo lo que me pedía, le servía el desayuno en la cama, le hacia la comida, le limpiaba su lugar, le ordenaba el armario y hasta le hacia la cama, cuando salía al recreo cargaba con todo lo que tenía que llevar al patio, mantas para sentarse en el suelo, libros para leer, botella con agua, mientras cocinaba para los dos, era normal que manguera me tomara por detrás, se apoyaba y me metía las manos adentro del pantalón y me manoseaba las nalgas mientras que me murmuraba al oído las maldades que me iba hacer en la noche, esa costumbre también la tenía en el patio, más de una vez me apretaba contra una pared y me manoseaba delante de todos, hasta llego a echarme un polvo debajo de una frazada un día que salimos y hacia frio, ni los guardias dijeron algo ese día aun viendo indudablemente que manguera me estaba reventando mi culo, nadie se metía y todos respetaban esa situación, manguera era uno de los internos más temidos y nadie quería problemas con él, para ducharme manguera elegía la noche, un rato antes de acostarse, exigía estar a solas con su "dama" en la parte de los baños donde estaban las duchas, por supuesto nadie aparecía, a lo sumo alguno espiaba mientras se masturbaba, le encantaba enjabonarme la espalda, me manoseaba por todos lados preparándome para la cama, aunque más de una vez se calentaba en demasía al acariciarme las nalgas y entonces ahí nomás, parado, me ponía con las manos contra la pared y aprovechando la lubricación del jabón me echaba un polvo, me serruchaba el jodete.

A cambio de todo eso ya nadie me molestaba y hasta había recuperado mi cama de abajo y la de arriba me la dejaba libre, ahora soy su protegido.

Una noche manguera quiso probar algo nuevo y por primera vez me pidió que se la mamara, sin preocuparme por los internos que estaban observando, se paró desnudo al costado de la cama mientras que yo, ya completamente entregado al papel de perra de mi violador y amo, estaba sentado desnudo en la orilla de la cama, muy despacio manguera me paso la verga varias veces por los labios hasta que lentamente me la fue metiendo en la boca, yo sentía como mi lengua rozaba la piel de ese tronco de carne que en una oportunidad me había roto el culo, ese tremendo aparato ahora estaba adentro de mi boca, llegaba hasta el fondo, casi ahogándome y hasta podía sentir como latía esas venas hinchadas de sangre, cuando manguera sintió que se venía tomo mi cabeza con las dos manos y se vació completamente adentro de mi boca, al tener mi cabeza aprisionada por esa manos, yo no pude sacarme la verga de adentro y para no ahogarme tuve que comenzar a tragar el semen de mi macho, toda la leche me la trague, esa gelatina tibia...