Escrito por:
1274 palabras
Aquella noche, después de una buena sesión de bondage bien atado al que mi novia me había sometido un buen par de horas, estuvimos hablando de cuerdas. Las conversaciones son aquellos tipo de broma, en las que mi novia me decía que me había desatado demasiado temprano, que estoy más guapo atado, y cuando me comentó que sería cruel que me viera la gente, nos preguntamos cómo creíamos que iba a reaccionar la gente si fueran por un camino de tierra, de ésos que pasa la gente con bicicleta, y me encontraran atado.
Aquel comentario tonto se convirtió en un reto. ¿Lo hacemos?, nos preguntábamos a nosotros mismos. No sabíamos si sí o no, y mi novia comenzó a provocarme con comentarios de que no me atrevía, etc, y yo le dije que yo lo hacía si ella también lo hacía. ¿Los dos?, nos dijimos. ¿Y cómo vamos a atarnos los dos? ¿y cómo le explicamos a la gente qué hacemos atados?.
Lo de atarnos los dos lo arreglamos una semana más tarde, comprando dos pares de esposas, y unas cadenas con la que nos íbamos a encadenar a unos árboles. Como mordazas, ya tenemos bozales, y para los ojos íbamos a usar un antifaz cubierto por cinta de precintar. Pero nos volvimos a preguntar, si nos íbamos de verdad a atrever.
¡Vaya propuesta más loca! Nos reimos, lo pensamos, dijimos de pensarlo unos días, y el domingo siguiente nos fuimos a una zona boscosa cerca de Barcelona.
Nos adentramos por unos caminos de tierra, apartándonos de los caminos principales, nos quedamos en un trozo con bastantes árboles, y sacamos las esposas, las mordazas, las cadenas y los antifaces, y volvimos a preguntarnos los dos si nos íbamos a atrever.
Lo primero que hicimos fue poner las cadenas alrededor de dos árboles, cerradas con candado, a unos cinco metros uno del otro. Las cadenas eran de dos metros, por lo que no llegaríamos a ayudarnos entre nosotros para desatarnos, así que aseguraba más credibilidad a la historia de que nos lo habían hecho unos amigos por nuestra despedida de solteros, cuando alguien nos descubriera. De todos modos, habíamos dejado escondidas las llaves de las cadenas y las esposas debajo de unas piedras, para desatarnos nosotros solos con el tiempo.
Y volvimos a preguntarnos, ¿lo hacemos?.
Nos desnudamos completamente los dos, escondimos la ropa a unos veinte metros detrás de unos matorrales, y yo me encadené un tobillo, cerrando el candado y de tal forma que no podía escapar del árbol.
- “Venga, valiente” – le dije a mi novia – “si la idea fue tuya”-
Mi novia se rió, y dijo que vale, y se cerró también el candado. Lo próximo que hicimos fueron las mordazas. Mi novia se puso una de bola, que es la que le gusta a ella, y además cogió la cinta de precintar que había traído para los ojos y aprovechando que sobraba dio vueltas cubriendo totalmente su mordaza por toda la cabeza, hasta el punto de que no se veía ni la hebilla. Yo, po...
un reto de bondage
Xtudr és el xat per a gais fetitxistes definitiu. Troba fàcilment milers de nois de la teva
ciutat que comparteixen els teus mateixos gustos i gaudeix enviant i rebent missatges en
directe.
La xarxa nº1 de trobades entre nois us ofereix una experiència ràpida, fàcil, i divertida amb la
qual podreu conèixer molta gent nova com Desconocido.
Amb Xtudr podràs:
- Crear un perfil amb les teves fotos i afegir les teves preferències.
- Veure els perfils i fotografies d'altres usuaris.
- Enviar i rebre missatges sense límits.
- Utilitzar els filtres de cerca per trobar la teva mitja taronja.
- Enviar i rebre Taps als que més t'agraden.
Registra't a l'app fetitxista i BDSM més popular i comença la teva aventura.
https://www.xtudr.com/ca/relatos/ver_relatos_basic/29202-un-reto-de-bondage