Decidí que era hora de ponerme a hacer ejercicio.

Con 36 años decidí estudiar otra carrera y me pasaba la mayor parte del día sentado, oxidándome, y sentía como crecía cierta rigidez en mis articulaciones.

En mi calle había un viejo y pequeño gimnasio. Pensé que era la mejor opción, no solo por la proximidad a mi casa, sino también por ser un gimnasio pequeño en el que el amibente podría ser más cálido.

En este gimnasio sólo había un trainer, Vasco (nombre portugués, puesto que vivo en oporto). Era un hombre de 34 años pero yo tenía la impresión de que era mayor que yo debido a mi complexión tan delgada y a mi cara aniñada. E cambio, Vasco era ancho, fuerte, con unos brazos y unas piernas brutas. Su rostro era igual de bruto, cejas anchas y pobladas, pelo negro muy corto, barba de dos dias y unos ojos furiosos oscuros. Parecía una ilustración de Tom of Finland, quizás no tan exagerado pero bastante próximo.

Era amable pero siempre me hablaba con sorna. A mi eso me ponía muy burro. << qué? Vamos a intentar llenar este saco de huesos?>> decía a menudo al verme llegar entre una pequeña risa de burla.
Un dia de lluvia llegué algo más temprano y no había nadie en la sala de máquinas. Tan sólo estaba Vasco, entrenando sus anchos pectorales. Su camiseta de asas estaba empapada en el pecho y axilas y varias gotas de sudor resbalaban suavemente por su cara. Me acerqué a saludarle.

.- buenos dias

Él no me contestó, siguió haciendo el ejercicio pero clavando su mirada en mis ojos y media sonrrisa esbozada en su boca.
Yo no sabía qué hacer... Esperaba ahí hasta que me respondiese? Porqué me miraba fijamente, sin apartar la vista ni un segundo, sin decir nada? Porqué sonrríe así?

Por fin habló:

.-te has fijado en mi cuerpo, verdad? Mi cuerpo de macho...

.-eh? Porqué? .- ojalá fuese más valiente en estas situaciones, siempre respondo tonterias, bajando mi mirada al suelo, avergonzado..

Al sentir mi súbito ataque de timidez soltó una carcajada.

.- anda... Túmbate en una de las colchonetas y vamos a empezar.. Hoy me tienes para ti solito asi que vamos a improvisar una nueva rutina...

Hice lo que me pidió. Me tumbé y esperé a que llegase él, con alguna orden.

Se quedó de pié tras mi cabeza. Miré hacia arriba y allí estaba, tan alto, tan macho, con sus pantalones cortos de deporte que yo imaginaba completamente empapados de sudor por dentro....

Él se agachó, quedándose en cuclillas frente a mi cabeza reposada en el suelo.

.- pon los brazos pegados a tu cuerpo, con las palmas de las manos contra el suelo. Ahora levanta ese culo huesudo, venga!

Mientras él me agarraba los hombros y comenzó a hablar.

.- te vi el otro dia entrando en el callejón del Zoom (discoteca gay de oporto). Ya me imaginé que eras "bicha" (maricón en portugués).....