Riesgos de ser un sumiso novato (4) (fin): Relatos de fistspain (1.3.4)

(léete el capítulo anterior)


7.- Disco Strong Center, Madrid:

Esta discoteca, con su enorme y cutre cuarto oscuro, sucio y mal ventilado, con zonas oscuras, laberintos, pasillos, reservados, siempre me resultó muy morbosa, su cuarto oscuro lleno de gente sudorosa, y calentorra, siempre dispuesta.

Y por supuesto esa especie de laberinto de pasillos que rodean unos pequeños cuartos, donde meterse, a mi me gustaban los dos grandes de la esquina, como siempre me desnudaba y colgaba la ropa, dejaba la puerta abierta y me ponía en plan vicioso, provocando a todo el que pasara por delante de la puerta, siempre entraba uno o varios y montábamos una buena orgía de vicio y desenfreno, yo siempre en mi plan de ser usado, o mas bien de usar a los otros para mi propio placer, sin razonar, solo a mi rollo vicioso y nada mas.

Normalmente, siempre se rechazaba si había alguno que no buscaba lo mismo, o no te iba, todo sin malos rollos.

Recuerdo una vez que entro un tío maduro, yo todavía joven y algo inexperto en practicas sado, me atraía cada vez mas, pero sin demasiada experiencia.

Mas bajo que yo, eso siempre me da cierta ventaja si tengo que cortar por lo sano una sesión, era un tío del montón, no me dio morbo al verlo, pero como entro pues me dejé, ya entrarían mas cuando nos vieran, me gusta que los demás vean lo vicioso que soy, me da mucho morbo sentirme observado, pero no por criticones que los hay en todos lados, sino por gente que le va el vicio y se excitan mirando, eso me pone a cien.

Cerró la puerta, le dije que la dejara abierta y me contesto que íbamos a disfrutar los dos solos que luego la abriría para que entraran mas machos para usarme.

No vi nada raro en eso, me agarro por el pecho y me apretó fuertemente con las manos, me dolía, pero acertó en mi punto débil, en seguida se me puso el pollón a punto de estallar, me apretaba con fuerza, luego se dedicó a los pezones, me jodía un montón el dolor que me administraba, pero lo hacia bien, sin uñas, solo las yemas de sus dedos, y me estaba poniendo cachondo, a cien, mas bien a mil por hora, me los apretaba como si fueran botones de un ascensor que nunca abría las puertas, me los retorcía, me los estiraba, yo estaba loco, de dolor y placer.

De pronto para y se lía a darme guantazos en ambas zonas de la cara, normalmente es algo que no me da morbo, me golpeaba tan fuerte que estaba haciéndome tambalear, yo intenté esquivarlo, no habíamos hablado de sado ni de nada, yo solo me exhibía calentando a los que se pasaban por delante de la puerta, ya se que diréis que me lo tenia merecido, pero una cosa es que busque un macho para vicio y otra que uno sin preguntar se lié a golpes con mi cuerpo.

Intente salir y que parara pero no me dejaba escapar, yo al p...