Sucedió cuando yo tenía 19 años. Aquel verano viaje con cierta frecuencia a Barcelona, pues tengo buenos amigos allí, y mi situación económica no me permitía tomar el avión y normalmente viajaba por la noche en coche cama, pero en compartimiento compartido, que resultaba más económico, y que además para mi resultaba mucho mas morboso, pues aunque por entonces no tenia mucha experiencia, ya me gustaban los tíos. Además la compañía de ferrocarriles generalmente te ponía un compañero de viaje, por supuesto siempre de tu mismo sexo, y más o menos de tu edad.

En aquella ocasión la tarde era muy calurosa y al entrar al compartimiento, percibí un fuerte olor a sudor que provenía de un impresionante macho que estaba sentado al lado de la ventanilla.

Saludé tímidamente y le pedí que abriera la ventana, pues el ambiente estaba muy cargado. El acepto y se levanto para abrir la ventana, obviamente se había dado cuenta de que olía mal y mi insinuación le incomodó hasta el punto que me pidió disculpas y me explicó que era descargador de muelle en el puerto de Barcelona y que aquella tarde había terminado tarde del trabajo y no le había dado tiempo a ducharse por miedo a perder el tren. Me aclaro que en cuanto comenzáramos a andar se metería en la ducha para no darme el viaje. Su profesión me explicó aquella tremenda corpulencia, de músculos inmensos, pero no de gimnasio, pues no estaban muy definidos. Mediría más de 1, 80 y debía pesar 100 Kg., de puro músculo como luego pude ver. Tenía una voz muy ronca y profunda y se notaba que era una persona sin ninguna cultura, pues se expresaba bastante mal. En aquel momento, llevaba unos pantalones largos bastante viejos y unos zapatos muy gastados, una camisa polo, que dejaba ver unos inmensos brazos todos llenos de pelos y algo del pecho por donde asomaba una mata de pelo. Era muy moreno y parecía que no se hubiera afeitado, aunque por lo velludo que era posiblemente si lo hubiera hecho, pero al ser por la tarde, la barba ya le había crecido. Calcule que tendría unos 40 años. Para mi era muy mayor, pero me sentía muy atraído por su corpulencia. Nunca había estado con alguien parecido, pues mis relaciones hasta entonces siempre habían sido con gente de mi edad, casi adolescentes.

Efectivamente, en cuanto el tren arranco metió aquel enorme cuerpo en un baño extremadamente pequeño, para tomar la ducha que tanto necesitaba. Yo me di cuenta que no había cogido ropa limpia y era obvio que o se cambiaba aquella ropa que llevaba o de poco iba a servir la ducha, pero le deje hacer.

Te puedes imaginar que a estas alturas yo ya estaba excitado e intentando que el no se diera cuenta. Cuando termino su ducha, salio del pequeño servicio con la toalla envuelta en la cintura a recoger la ropa limpia. Yo me quede estupefacto cuando vi aquel inmenso cuerpo, completamente revestido de un vello negro, que dejaba traslucir unos inmensos ...