La mejor penitencia (1)

Y, como dice el título, así fue. Es más, así y nada más debía ser. Hasta que después...
Pero empiezo por el principio.
Que no tuviera foto en el perfil, no me echó para atrás. Era 1 tarde viendo la tipica peli de Antena3 donde el guapo resulta ser un asesino. El caso es que el malo estaba más bueno que el tiramisú.
Y sonó el móvil. Un mensaje. Y... ¡Joder! ¡Era el tipo de la semana pasada! Un tal ACTXPUTA, más explícito no podía ser su nick. Más directo que la primera vez, cuando canceló a última hora. Y ya me lo había hecho antes. ¡ Ya estamos otra vez...! pensé entonces.
"Estoy solo hasta las seis. Tiene que ser ya. ¿Sí?"
Me citó en la puerta de 1 bar que yo conocía (éramos del mismo barrio, por eso entendí el secretismo y su perfil sin foto). En 20 minutos estaba allí, recién duchado a toda prisa, cumpliendo horario. Me sonó un mensaje en la app.
- Llevas camiseta roja, ¿no?
-Sí, ¿Me estás viendo? Tú, ¿Cómo vas?
- Cruza y vente hacia el garaje al lado del estanco- cortó.
Crucé, divisé el estanco y el garaje. Me paré en la puerta sin saber qué hacer. De detrás de un quiosco de ciegos, apareció un tipo cuya cara me resultó conocida. Quizás solo parecida a un actor de esa serie de Netflix que... O ¿Era de alguna otra aplicación de contactos?
Me abstuve de decírselo. Perfil sin foto en la app, tanto secretismo... Lo que faltaba era que le dijera que lo conocía.
- Espera ahí, abro, entro y luego tú - pasó por mi lado casi sin mirarme, como si no estuviera dirigiéndose a mí-.
- Ven, pasa ya - me llamó desde la oscuridad de dentro -.
Entré. Adaptar la vista a la oscuridad me costó. Él cerró y me cogió del brazo.
- Cuidado. Hay una rampa.
- Me agarro a tu hombro.
Caminando se encendieron las luces automáticamente. Caminé a su lado en silencio pero él me adelantó sin decir nada, decidido.
-Sigueme.
Ni se giró un poco para dirigirse a mí. Intuí que era propio de su carácter dominador. Llegamos hasta una furgoneta blanca que estaba aparcada más al fondo. Sacó unas llaves del bolsillo y abrió la puerta del conductor.
- Ven. Si se escuchan pasos de alguien o que se abre la puerta y entra un coche, te subes echando hostias a la furgo y te tumbas entre el asiento del conductor y el de allá. Y esperas.
- Vale, pero si...
- Agachate, de rodillas. Eso es lo que vienes buscando, ¿no?
Me arrodillé y él ya se estaba desabrochando el cinturón.
-A ver, a ver qué buen mamón eres. Veamos si tan puta como me has dicho. ¿No serás un calientapollas, maricón?
No tuve tiempo alguno de contestarle alguna cerdada para ponerlo más cachondo. Me la metió entre los dientes pues aún ni había abierto la boca del todo. No parecía muy grande, tampoco cuando se empalmó del todo pero la dureza era indiscutible.
- Ahí, ahí, zorra, no pares, que si no, ...