[EXTREMO] Hamburguesas de puerco (00) - Intro in media res

Escrito por: masokero

ATENCIÓN: Este es un relato extremo en la tradición del Marqués de Sade. O sea: contiene torturas, ultraviolencia, abusos, vejaciones, violaciones y toda clase de aberraciones no consensuadas. Si esto no es tu rollo… pues pasa y ve a leer otra cosa, ¿no?

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València, sobremesa de un sábado

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Desnudo y ensangrentado, el puerco con las manos esposadas a la nuca lloriqueaba hecho un ovillo en el suelo.

Ante él, casi sobre él, el sádico se miró la polla sucia de su propia lefa y sangre y vómito del puerco. Murmuró en voz peligrosamente baja y neutra:

—Te dije que te lo tragaras todo, cerda asquerosa.

Con el morro partido goteándole mucha más lefa, sangre y vómito, el puerco baló entre lágrimas:

—¡Lo-lo-losientoooooo…!

Eso hizo que al sádico empezara a ponérsele morcillona de nuevo. Dejó la pichatoro en la mesa para coger el rallador de cocina, aún con jirones de piel y coágulos del rabo destrozado del puerco, diciendo:

—No, no lo sientes aún. Pero ya te digo si lo vas a sentir cuando acabe contigo… si es que aún sientes algo.

Al ver el rallador otra vez, el puerco abrió mucho el ojo bueno y un poco el morado, boqueó en busca de oxígeno y chilló:

—¡No! ¡Señor, no! ¡No puedo más! ¡Quiero parar! ¡Quiero parar!

Por respuesta, el sádico le metió otro patadón en la panza porcina y dijo, con una sonrisilla gatuna, de gato ante el ratón que se va a comer cuando acabe de divertirse con él:

—¿No decías que “sin límites”, que “con palabra de parada se pierde la naturaleza de la dominación” y que te morías porque “un sádico como yo te hiciera lo que quisiera”? Bueno… ¡pues eso es exactamente lo que voy a hacer!

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(CONTINUARÁ)