Fútbol y venganza 2

Escrito por: batel

Fuimos a la cocina a desayunar. La historia que me había contado Iván, me tenía loco. En mi cabeza empezaba a imaginar y visualizar lo que el chaval había sufrido, y empecé a sentir morbo y ganas de saber más.

• Para buscar la mejor forma de que te puedas vengar de tu tío, necesito que me digas cómo es, por fuera y por dentro. Detalles de vuestra convivencia, sus mejores y peores cualidades, puntos débiles, …

• Mi tío se llama José M.ª, aunque todo el mundo le llama Chema. Tiene 39 años, y con 24 se hizo cargo de mi en cuanto supo que tendría acceso a la herencia que me dejaron mis padres. Además de mucho dinero en efectivo, 2 casas y varias plazas de garaje. Mide menos que tú, 186cm y aunque va mucho al gym, la vida que lleva, le impide tener un ni cuerpo musculado ni muy fuerte.

Me contó que vivían en una de las casas, que no recuerda que Chema saliera de casa para ir a trabajar o a buscar trabajo ni un sólo día. Que se compraba coches caros, hacía viajes de lujo. Todo cambió cuando se le acabó el dinero. Ahí fue cuando empezó su infierno. El único dinero que entraba en casa era el alquiler de la otra casa.

• Iker, recuerdo que hace algo más de un año, mi tío entró en mi habitación y me dijo que estaba harto de mi. Me dijo que no quedaba dinero. El alquiler de la otra casa, daba justo para vivir. El no quería bajar su ritmo de vida y me dijo que aunque confiaba que en un futuro gracias al fútbol ganaría muchísimo dinero, necesitaba que empezara a ganar dinero inmediatamente. Tenía 17 años y medio y el sueldo que podría ganar trabajando no sería suficiente. Me desnudó y me dijo que mi joven cuerpo modelado por el deporte, le aportaría lo suficiente. Manoseó mi cuerpo. Dijo que me daría una viagra para asegurar que se me pusiera dura, porque llevaba un rato estimulando mi polla y no daba señales de vida. Me sacó muchas fotos que usó para poner un anuncio en Internet donde subastó mi virginidad. Gracias a aquello, durante 2 meses todo fue normal. Pero cuando se le acabó el dinero, me dijo que le habían ofrecido una cantidad enorme, 10 veces más de lo que pagaron por estrenar mi culo. Para ello, tendría que ser esclavizado por un hombre que gozaba castigando y torturando a chicos jóvenes con cuerpazo durante una semana.

• Que hijo de puta!!!! Entiendo que quieras vengarte. Se me está ocurriendo cómo lo podrás hacer. Dime Iván, quieres vengarte quitándole el dinero y los bienes que tiene? Quieres que sufra algo parecido a lo que has sufrido tu? Hasta que punto quieres llegar.

• Quiero todo. Dejarle sin blanca viviendo en la calle. La noche antes de venir al club a vivir, me obligó a firmar un contrato en el que le “donaba” lo poco que quedaba de mi herencia. Pero lo que realmente quiero es torturarle personalmente. Quiero que sienta todo lo que he soportado yo pero doblando, al menos, el dolor que he sufrido. Quiero que sienta al menos el mismo asco, miedo y dolor que sentí cuando aquel sucio gordo que ganó la subasta me violó.

• Se que recordar te dolerá, pero es necesito que me cuentes cómo fue. Cuantos mas detalles me des, mayor podrá ser tu venganza.

• Recordar no es problema, no he podido olvidar nada de lo que pasó aquel día. Ese día me levanté temprano para ir al instituto. Como todos los días después de desayunar fui al baño. Cuando estaba duchándome, Chema entró al baño con una bolsa. Me dijo que la subasta por estrenar mi culo ya tenía ganador. A las 4 de esa misma tarde, vendría a follarme. El muy cabrón reía a carcajadas mientras me lo contaba.

Iván me contó que sacó de la bolsa un enema, porque le habían pedido que estuviera perfectamente limpio. Chema le obligó a que se pusiera a 4 patas y con cuidado para no lastimarle, le introdujo el tubo que inundó sus entrañas. Aquello, más que doloroso fue desagradable, y sobre todo humillante. Cuando sacó el tubo de su ano, puso su dedo como si fuera un tapón durante unos segundos al retirarlo, el agua salió a chorro. No recuerdo cuántas veces me lo aplicó, pero fueron varias, la última 30 minutos antes de que el hombre llegara.

A la hora en punto llamaron a la puerta. Chema, abrió la puerta y entró un hombre enorme de unos 50 años, le invitó a una copa que bebió de un trago y mirando a Iván dijo que la realidad era mejor que las fotos. Acarició su cara y dándole una palmada en el culo comentó que hasta ese momento, el dinero pagado estaba bien invertido.

Entraron en la habitación y el hombre que se llama Raúl, se quitó parte de su ropa quedándose vestido tan sólo con una camiseta, calcetines y el clásico slip blanco. Se sentó en la cama y pidió a Iván que se desnudara despacio, quería verle.

Los ojos de Iván se llenaron de lágrimas que no salieron. Eran lágrimas de vergüenza, de miedo, de asco, de odio.

Iván se descalzó, y después se quitó la camiseta. Con la mirada clavada en el suelo, se quitó el pantalón, quedándose en bóxer. Raúl se levantó y se acercó al cuerpo casi desnudo por el que había pagado. Acarició su cara y deslizó dos de sus dedos por sus labios. La otra mano, la usó para disfrutar del tacto suave de su torso. Empezó por los pectorales, dedicando especial atención a los pezones, que acarició, estrujó y chupó. Continuó por los abdominales que fruto del ejercicio empezaban a marcarse. Cuando Raúl se puso detrás volvió a acariciar sus pezones, Iván sintió algo duro rozando sus nalgas. Era su polla.

Raúl se sentó en la cama y quiso que Iván le quitara la camiseta. Cuando lo hizo, sintió un olor asqueroso. El gordo apestaba y sudaba sin parar. Sin decir una palabra, señaló al suelo. Aunque era su primera vez, supo que tenía que ponerse de rodillas entre sus piernas. Agarró su cabeza y la apretó contra su paquete. Sintió que el slip estaba mojado, dedujo por la peste que emanaba que lo que lo había mojado era una mezcla de sudor y orina.

Tal y cómo le pidió, Iván usó sus manos para quitarle el slip. Un enorme falo le sorprendió por su tamaño. No esperaba que la tuviera tan grande. Afortunadamente para él era larga, unos 19cm, pero sorprendentemente fina para su tamaño. Empezó masturbándole y jugando con sus enormes sudorosas y peludas pelotas. No pasaron más de dos minutos cuando se la metió en la boca. El olor y sobre todo el primer sabor casi le hacen vomitar. Era la primera polla que tocaba y que entraba en su boca. Con cuidado de no rozarle con los dientes empezó succionando el glande mientras usaba su lengua rodeándolo. Raúl quiso meter y sacar de su boca, pero al ser la primera vez de Iván, no le gustó demasiado.

Quejándose de lo mal que la comía, obligó a que se pusiera a 4 patas sobre la cama. Bajó el bóxer de Iván lo justo para poder inspeccionar su ano. Empezó rodeando el borde con un dedo. Antes de metérselo, se lo metió en la boca para lubricarlo y poco a poco lo metió. Iván se quejó, pero más por miedo que por dolor. En cuanto notó que el agujero estaba preparado, usando lubricante, metió un segundo dedo. Esta vez si sintió dolor. Mantuvo los 2 dedos dentro inmóviles un rato hasta que su esfinter se acostumbró. Poco a poco empezó a moverlos dentro y fuera. No tardó en sacarlos y prepararse para penetrarle.

Dedicó bastante tiempo en lubricarse la polla. Desde el glande hasta la base. Escupió en al agujero de Iván y puso la punta en la entrada. Le susurró al oído que no temiera que tendría cuidado y empezó a empujar. Los primeros centímetros fueron fáciles, pero para que todo su glande entrara tuvo que empujar. Iván gritó, y empezó a suplicar que parara que se la sacara y le dejara en paz. Raúl le respondió que iba a hacer lo que su dinero compró. Sin dejar que el estrecho culo acomodara lo que tenía dentro, empujó hasta meter la mitad de sus 19cm. Esperó unos segundos y empezó a moverse, muy despacio, apenas 2 ó 3 centímetros.

Dilatar el agujero estaba costando más de lo previsto. La sacó de golpe, volvió a lubricársela y esta vez en vez de escupir en su ano, usó lubricante, que aplicó con sus dedos. Raúl estaba cachondísimo. No quería ni podía esperar mas y empezó a metérsela. Metió la punta despacio y sin parar empujó con fuerza. No entró entera, pero gracias al lubricante, pudo empezar a follar.

La estrechez del agujero y lo caliente que estaba Raúl, lo llevaron hasta casi correrse en un par de minutos. Eso no es lo que quería así que la sacó y se tumbó boca arriba en la cama. Volvió a usar el lubricante y ordenó al chaval a que se sentara sobre su miembro.

Así lo hizo y empezó a moverse. Poco a poco Iván notaba que el dolor que sentía iba bajando de intensidad. Quería que terminara ya. Así que empezó a moverse rápido y fuerte. Raúl empezó a jadear y a moverse también. Cuando sus nalgas chocaron contra el cuerpo de Raúl, sintió su corrida en sus entrañas. Era el final. En cuanto Raúl soltó las caderas de Iván, se levantó dejando caer su polla que perdía la erección rápidamente.

Se subió el bóxer y salió de la habitación.

• Siento por lo que pasaste. - le dije.

• No te preocupes Iker, espero que lo que te he contado te sirva para planear la venganza.

• No lo dudes. Ahora mientras planifico, será mejor que vayas a tu habitación y estudies hasta la hora de comer.

No podía levantarme. Tenía una enorme tienda de campaña en mis pantalones. Al minuto de que Iván fuera a su habitación, fui a la mía. Cerré la puerta, me desnudé y recordando lo que me había contado me hice un pajón. Estaba tan cachondo que me corrí y mi polla no perdió casi erección, así que volví a machacármela de seguido. Estaba siendo una de las mejores de mi vida. Me corrí soltando varios potentes chorros de semen. Usé la camiseta para limpiarme un poco y me quedé dormido.

Continuará... batelabatel@gmail.com