Reconvertido por mi primo IV Preparándome

Escrito por: XusitoNovatitoMadrid

• Ya he terminado, aquí estoy listo para que me digas.

• Muy bien, siéntate ahí.

• Mira, recuerdas que firmaste un contrato conmigo con unas condiciones específicas ¿verdad?.

• Si por supuesto, ¿por qué?.

• Ya hemos llegado a la casa y hay que empezar a prepararte que mañana empezaremos el entrenamiento.

• Tú dirás que tengo que hacer, estoy preparado.

• Vale, lo primero dúchate para quitarte la gomina del pelo y cuando termines siéntate en la silla que hay en el baño que te voy a teñir el pelo.

• Vale voy a por una toalla y me meto en la ducha.

Me di una ducha limpiándome a fondo para que no me vea mal, aunque cuesta un poco consigo que se me deshaga el peinado engominado y ya me seco y salgo de la ducha sentándome donde me había dicho.

• Álvaro, ya estoy preparado, cuando quieras empiezas.

• Muy bien, mira, pelirrojo claro, ideal para ti, voy a ir extendiéndotelo por el pelo y por la barba.

Mientras me iba tiñendo no dejaba de darle vueltas a la cabeza, parecía un poco absurdo esto, pero al fin y al cabo no me podía negar y solo podía asentir y dejarme hacer. Cuando me retira el tinte con agua, me miro al espejo y me quedo impresionado con mi aspecto, soy pelirrojo totalmente, lo que hace que me ponga un poco cachondo, lo que hace que por instinto me toque un poco, pero justo él se da cuenta y me retira la mano con violencia diciéndome:

• ¡Tío ¿Qué habíamos acordado?! , que nada de pajillas, ni un mero roce.

• Disculpa tío, fue un acto reflejo.

• Bueno no te preocupes porque para esto ya me he venido preparado, quítate la toalla.

• ¿Cómo dices?.

• Que te quites la maldita toalla y te quedes en bolas coño.

• Vale vale, ya está ¿y ahora?.

Le veo irse un segundo y al instante viene con una caja, la abre y veo algo que no me imaginaba: un cinturón de castidad, ahora lo que decía el contrato de no masturbarme tiene más sentido. Me siento y mientras me lo va colocando me comenta:

• Esto me lo ha recomendado Hugo, que lo estuvo usando durante un tiempo y dice que es muy útil, bueno, más bien es exactamente el suyo que me lo ha dado para ti, no te preocupes, la llave la tengo yo y por si las moscas Hugo tiene más.

• Pero no entiendo para qué ponerme esto de verdad si yo podría aguantar.

• No es que no te crea, pero para que todo esto tenga éxito hay que tomar medidas un tanto drásticas, sé que no te mola mucho pero te pido amablemente que por mí lo aguantes.

• Venga va, me resigno y lo llevaré con orgullo.

• Los primeros días seguramente estarás molesto y se te haga extraño al mear pero no te preocupes que enseguida le coges costumbre, a Hugo le llevó una semana y luego ni lo notaba.

• Hombre es que Hugo es muy distinto que yo, él es más dedicado a servir a dios y esas cosas, yo soy más de vivir la vida con placeres.

• Bueno tranquilo, que tu tienes fuerza de voluntad y además no puedes negarte, has aceptado por contrato a seguir mis instrucciones en todo momento sin oponerte, bueno encajo esta pieza, coloco el candado y ¡ya está!, perfecto, te sienta muy bien eh primo.

• Gracias, si que verdad que me favorece un poco, pero me siento un poco extraño, noto el rabo como enfundado, pero es algo cómodo.

• Ponte estos bóxers de Hugo que me dijo que te dará comodidad y después siéntate otra vez que te voy a rapar el pelo.

Con el sonido de la maquinilla y mirándome al espejo veía como mi look clásico se iba para hacerse el estilo militar, un poco como el de mi primo pero más corto, aunque la diferencia de como estaba antes es que se me quedaba el pelo pelirrojo y cuando me fuera creciendo el pelo volver a pelarme así que me tengo que acostumbrar a quedarme así. Mientras me va cayendo pelos de la maquinilla siento excitación pero cuando me voy a poner palote me hace daño porque estoy metido un castidad, un nuevo reto a superar, poco a poco voy tomando conciencia de que mi antiguo yo va a dejar de existir casi de inmediato, no me siento triste, más bien motivado, todo es por hacerme mejor hombre y quien sabe, cuando termine todo esto puede que incluso ligue más todavía. Sin darme cuenta ya habíamos terminado de raparme, me miro un momento en el espejo, tengo el pelo casi calvo, con pelillos muy finos, de color pelirrojo, por la parte de la nuca si que parece que este calvo, me paso la mano por la cabeza, está como si fuera un papel de lija. Antes de levantarme mi primo coge y me empieza a afeitar dejándome sólo con perilla igual que como lo tiene él.

• Bueno que buena pinta tienes primo, te pareces a mí y todo.

• Si es verdad, un poco de parecido si que hay, me gusta en serio, gracias.

• De nada tío, mírate, eres la viva imagen de un recién llegado al ejército, ideal para lo que te espera, vete a duchar y te quedas ya limpio del todo, cuando salgas ponte algo cómodo, que hasta mañana no hay que ponerte ropa específica.

Mi primo se va, dejándome solo en el baño, abro el grifo de la ducha, meto me enjabono, me quedo un rato bajo el chorro de agua y ya me salgo. Al salir me miro al espejo ya habiéndome quitado los pelos del rapado y el afeitado y la verdad que me encuentro a gusto con mi aspecto, suspiro, me vuelvo a mirar con mirada decidida y me digo para mí mismo : “Bueno xus ya estás listo para todo, adelante maricón”.

Continuará ...