Maduro y joven
Orgías
En el piso de Simón:
Cuando Simón llega a su casa se encuentra a Zamir en la cocina.
- Zamir: “Eh, no esperaba, ¿no te fuiste de viaje?”
- Simón: “No, cuando ya estaba con el camión en esa fábrica me dijeron que tenían un problema de maquinaria, de empaquetamiento de la mercancía”
- Zamir: “Huele alcohol”
- Simón: “Sí, Gonzalo me invitó a unas cañas… bueno creo que te he hablado de él… es con el que siempre trato para la carga y descarga en esa fábrica…”
- Zamir: “Sí, varias veces, recuerdo”
- Simón: “Nunca habíamos tenido conversaciones más allá de las cosas del trabajo, pero quería compensarme por haber ido y no poder cargar el camión y me invitó a unas cañas… bueno luego invité yo a otra ronda y así seguimos bastante rato… el tío me resultó muy agradable, buena gente… con el alcohol empezamos a hablar de temas personales…”
Simón le contó con lujo de detalles todo lo que le había contado Gonzalo y lo que a su vez él le había contado.
- Simón: “… y estuve a punto de invitarlos a comer en casa, comida árabe, pero no lo iba a hacer sin contar primero contigo”
- Zamir: “Marido no tiene que preguntar, informa a esposa cuando venir amigos para que tenga comida lista y ya está”
- Simón: “¡Cojones Zamir!, que ya llevas mucho tipo aquí, que no vives en tu país”
- Zamir: “Lo sé papá, pero me gusta complacer macho, quise desde siempre, pero además te debo mucho, mucho, mucho… te lo debo todo papá, cruzar frontera última, casa al llegar, papeles, tienda… ¿no darte cuenta todo lo debo a ti?... pero además ese pedazo de polla…”
- Simón: “Bueno, bueno, que yo también te debo mucho Zamir, has transformado mi casa y mi vida chavalín, estoy más a gusto que nunca en mi vida… pero no vamos a ponernos sentimentales que no me gusta… y si no fuera porque estoy medio borracho te daría una buena follada… aunque pensándolo bien no me vendría mal una buena mamada de las tuyas”
- Zamir: “Pues a la orden, sentarte en butaca, que yo saco todo cintura pa´bajo”
- Simón (sentándose): “¡Qué gusto llegar a casa y encontrarte siempre tan complaciente Zamir”
Zamir le quita los playeros y los calcetines, le besa los pies, luego le desbrocha el cinturón, le abre la cremallera, Simón levanta un poco el culo y el chico le tira hacia abajo el pantalón y el calzoncillo. A diferencia de otras veces su polla está completamente en reposo. Eso a Zamir le gustó, se dijo para sí mismo “veras como te la pongo” y empezó suave, a besar la polla, los cojones, luego sacó la lengua y primero con sólo la punta empezó a lamer, luego con la lengua completa, la polla empezaba a reaccionar y se la metió en la boca, hacía todo tipo de movimientos con su lengua, se la sacaba y se la metía otra vez, le chupaba la punta y luego se la trataba de meter entera. Zamir se había convertido en un especialista en mamar, sabía exactamente como darle placer a su macho y se sentía orgulloso cuando se la ponía dura. Ya la polla de Simón estaba como una estaca.
- Simón: “¡Qué gusto, qué bien lo haces Zamir!”
- Zamir (se la saca de la boca un segundo): “Gracias macho, yo disfruto mucho también con polla en boca”
- Simón: “Estoy a punto, dime cuando quieres la leche nene”
- Zamir (sacándosela otra vez de la boca): “Macho se corre cuando le sale de cojones… y eso es así allá en mi país y aquí, y maricón traga”
- Simón: “Pues te la voy a dar toda y ni una gota fuera, aliméntate con la leche de tu marido… toma, ¡me corro!”
- Zamir (tragando y relamiéndose): “¡Qué gusto!”
- Simón: “No te pajeaste ni te corriste Zamir”
- Zamir: “No hacía falta, hoy quería no distraer, dedicarme a relajar y sacarle la leche a mi macho, y ahora voy a ayudar a acostar en cama… así se te pasa un poco… aunque borracho del todo no estás, así descansas mientras preparo que no te esperaba a cenar”
Zamir le quitó el jersey y la camiseta, fueron juntos a la cama y le arropó. Aún tenía el sabor de su lefa en la boca, le gustaba ese sabor y muchas veces no lo podía tener porque a Simón le gustaba mucho preñarle, dejársela en el culo.
...
Simultáneamente en el piso de Gonzalo:
Por su parte Gonzalo llega a su casa y se encuentra a Ramón haciendo unos planos.
- Ramón: “Hola, ya llegaste”
- Gonzalo: “Bueno tendría que haber regresado antes, porque además hubo una rotura de maquinaria, pero llegó un camionero y como no le pudimos cargar, ni le avisamos antes, le invité a una ronda de cervezas… pero luego ya sabes, luego él invitó a otra, yo a otra más y así estuvimos un buen rato”
- Ramón (sonriendo, medio en serio y medio en broma): “Se te nota que has bebido… pero a ver si ese camionero termina por quitarme el marido”
- Gonzalo: “No que va, ni te preocupes, por un lado es más o menos de mi edad y por otro al beber tanto empezamos a hablar y me contó sobre su vida… está en una situación más o menos como nosotros, sólo que él está con un chico árabe”
- Ramón: “O sea que la cosa fue lo típico de dos machos bebiendo en un bar”
- Gonzalo (sonriendo pícaramente): “Sí y también hablamos de nuestras mujeres… él de su chico árabe y yo le hablé de ti”
- Ramón: “Ah sí, ¿ya no te cortas?”
- Gonzalo: “Bueno quizás haya sido por varias cosas, primero el alcohol nos soltó la lengua, segundo me pareció muy pero muy buena persona y tercero es que ya qué más da, no estoy en el pueblo y aquí a la gente le da lo mismo con quien vivas”
- Ramón: “Pues muy bien… oye ¿quieres darte una ducha o algo?, para que se te pase la medio borrachera que traes”
- Gonzalo (desnudo y al entrar en el baño): “Uf, tengo que echar una meada primero, ya sabes, el efecto de la cerveza”. Y orina bastante.
- Ramón: “¡Umm, cómo debe saber ahora esa polla con esas gotas en la punta de meos de cerveza!”
- Gonzalo (girándose y con su polla en la mano): “Pues prueba y me dices”
- Ramón (chupa y se la saca un momento de la boca): “Muy rico, sí que se nota un sabor algo diferente al que tiene la polla meada de mi macho en otras ocasiones”
- Gonzalo: “Eres una cerda”
- Ramón: “¿Sigo mamándotela?”
- Gonzalo: “Dale puta, sabes que sí… y mama hasta sacarme la leche, que con eso y la ducha voy a llegar a la cama más que relajado a dormir la mona”
Ramón se traga la polla hasta la garganta, sabe como le gusta a su macho, a veces también le pasa la lengua por debajo y se la vuelve a meter, se calentaba mucho pensar que su macho había estado hablando con otro macho de él, de que él era su chico, su hembra, su puta, su maricón, quien sabe de qué forma se lo dijo.
- Gonzalo: “Ya casi, maricón, ya voy”
- Ramón (afirmando con señas y sonidos guturales): “aaag, aaag”
- Gonzalo: “Toma puta, toma, ¡me corrooo!”
- Ramón (relamiéndose): “¡Qué gozada!, primero sabor a meos con cerveza y luego el sabor a lefa”
- Gonzalo: “¿No te vas a correr cerda?”
- Ramón: “No, ahora no, no vaya a ser que mi macho después de recomponerse le dé por querer reventarme el culo… así estaré más dispuesta y con más ganas, loca porque me dé tranca”
Gonzalo se ducha, Ramón le seca con la toalla y se lo lleva al dormitorio, le acuesta, le deja para que duerma un rato y se va a preparar la cena.
...
Al día siguiente Gonzalo, desde la fábrica, le pasa un mensaje por whatsapp a Simón, diciéndole que ya su camión estaba listo, éste se viste y en muy poco tiempo llega a la fábrica. Ahora se saludan de manera muy distinta, incluso se dan un abrazo, ya se sienten “colegas”.
- Simón: “Hola Gonzalo, ¿qué tal, mucha resaca?”
- Gonzalo: “Hola, ¡qué va!, no fue tanto, un rato durmiendo, luego a cenar, otra vez a la cama, y ya ves, hoy como nuevo”
- Simón: “Bueno, más o menos como yo, mi chico además me dio uno de esos tés que sabe hacer y perfecto”
- Gonzalo: “Estuve pensando sobre lo que hablamos ayer y me he dado cuenta que tenemos muchas cosas en común, me gustaría seguir en contacto”
- Simón: “Lo mismo pienso yo, de hecho ayer hablé con Zamir y quería invitarte a una comida árabe, seguro que te va a gustar, cocina muy bien”
- Gonzalo: “¿Pero sólo a mí?” y sonriendo “no queras hacer un trío conmigo, ¿no?”
- Simón (sonriendo): “No hombre no, la invitación incluye a tu chico… y en todo caso sería un cuarteto no un trío”
Acordaron el día, un domingo, para que Zamir tuviera todo el día para cocinar y no ocuparse de la tienda, también era día libre para Ramón y Gonzalo, y Simón se aseguraría de no tener que transportar nada.