El Despertar 10 (numeración corregida

Written by: Switchpoblano

*** Les pido perdón. Ayer publiqué mal ella numeración. El anterior es el número 9, este es el 10

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El Amo Víctor le ordena a Leonardo bañarse y el esclavo lo hace con las puertas abiertas, Víctor y Ezequiel platican sobre la cama mientras el esclavo se baña, desde donde están pueden mirar su cuerpo blanco perfectamente bien marcado, sus piernas largas y bien torneadas, sus brazos fuertes tonificados, sus glúteos carnosos y bien parados, todo desprovisto de pelos y portado con gallardía por un esclavo de rostro angelical y actitud completamente sumisa.

Ordenan una pizza y Víctor y Ezequiel la comen sentados en la mesa, mientras Leonardo debajo se alimenta de sus vergas. Víctor tiene un gesto noble con su esclavo y le tira dos pedazos de pizza en el piso, Leonardo se acerca a comerlos y Víctor los pisa con su pie- Leonardo se queda mirando el pie del Amo y lo lame, cuando Víctor considera que ha lamido suficiente le ofrece la planta de su piel manchada para que lo lama. Cuando termina le permite comer lo demás.

La fascinación que Víctor siente por Ezequiel se mantiene aun ahora que los dos están al mismo nivel, platican de muchas cosas e intercambian puntos de vista, Ezequiel además de buen Amo es un hombre muy culto.

-Te voy a hacer un regalo- le dice a Víctor cuando ambos se han vestido y están por despedirse, Leonardo espera postrado a un lado de Victor- es el secreto del control. Con esto verás que la actitud de tu esclavo se mantiene- le dice. Leonardo se estremece, intuye qué es y la idea lo aterra.

Ezequiel le entrega a Víctor un diminuto dispositivo de castidad -¿le va a caber en esto? La tiene grande- le dice Víctor

-Claro que le cabe, y si no hacemos que le quepa, de pie esclavo- le ordena el Amo Ezequiel, Leonardo obedece poniéndose de pie con las manos en la espalda.

Víctor y Ezequiel se agachan y Ezequiel le da una clase completa de cómo poner el dispositivo y los cuidados que debe tener. Es un dispositivo de plástico de los que aprietan la verga hasta el fondo hasta prácticamente anularla.

Víctor mira con sorpresa como la virilidad de Leonardo se reduce a nada, el Amo Ezequiel le quita el dispositivo - ahora tu, no me voy hasta que seas un experto anulando a tu esclavo- le dice Ezequiel sonriendo.

Leonardo hace un esfuerzo para no excitarse al ser tomado como un mero “material didáctico” durante la práctica que dura casi una hora, para calmar su calentura se imagina todas las veces que querrá terminar el día con una buena chaqueta y que no podrá hacerlo porque ahora su Dueño tiene el control absoluto.

Después de cuatro veces de poner y quitar la castidad Víctor ya es un experto. Ezequiel se despide de Víctor con un beso prolongado, ahora no hay apretón de nalgas, más bien lo toma de la cintura y lo abraza de forma varonil como un cariñoso padre -Despídete esclavo- le ordena a Leonardo- Leonardo se arrodilla a besar los pies del Amo Ezequiel.

Víctor y Leonardo se quedan solos y después de una mamada con final feliz, cuando se despiden con un abrazo Leonardo le sujeta la camisa a Víctor y le dice con toda honestidad - Amo, me da miedo la castidad- Victor lo abraza y sin soltarlo lo lleva al piso poniéndose de cuclillas frente a él, Leonardo asume su posición en cuatro patas- Victor le habla al oído con ternura, sosteniéndole la cabeza por la nuca con autoridad- No estas solo esclavo- le dice- es un viaje que estamos haciendo los dos y yo estoy aquí como tú Amo, para ti.

Víctor se va de su casa con una enorme sonrisa en la cara y Leonardo se queda ahí, desnudo, con el estómago lleno de su leche y su ahora diminuta verga en castidad.

Los cambios en la personalidad de Leonardo se hacen evidentes desde el primer día, Leonardo empieza a comportarse diferente con Víctor en el trabajo, se vuelve un hombre servicial, atento, humilde… Víctor nota en esa actitud cortés y atenta un asomo de ansiedad y calentura.

Del mismo modo que muestra respeto y atención por Víctor, muestra respeto y atención con su jefe, el viejo Leonardo que repta como serpiente en los ambientes de la política con visible egolatría y ambición se va transformando día a día en un Leonardo más bien callado y abnegado.

La rutina del Amo y el esclavo cambian también: Víctor lo lleva todas las noches a su casa, entran en ella y le concede cinco minutos sin la castidad reloj en mano para que se bañe y se limpie, Víctor es estricto con el tiempo; y a Leonardo apenas le da tiempo para meterse a la regadera y enjabonarse verga y bolas, enjuagarlas y ponerles un poco de aceite para cuidar la propiedad de su Dueño.

El viernes, Leonardo enciende la regadera y mientras el agua se calienta Leonardo se desnuda frente a su Amo que lo mira atentamente. Se para de piernas abiertas con las manos detrás para esperar a que su Amo le libre de la castidad, pero Victor cambia la rutina - métete a la regadera de rodillas- cuando Leonardo obedece Victor apaga el agua.

-Abre la boca que voy a orinar- le dice sosteniéndole la barbilla con ternura como si fuera una chica sumisa, Leonardo la abre y Victor se desnuda frente a él. Leonardo espera con la boca abierta mientras Victor se quita la ropa , el esclavo contempla el cuerpo armónico y varonil de su Amo con mucha atención, nunca se cansa de contemplar a un hombre tan Perfecto y siente la verga pulsarle con urgencia de salir, ha sido difícil controlar las erecciones, a veces ha tenido que levantarse de la cama a ponerse hielo en los huevos para que la jaula no lo torture… Víctor lo mira de frente, espléndido, desnudo, entra en la regadera y corre la puerta, se agarra la verga flácida con una mano mientras la otra acerca la cabeza del esclavo. Un chorro de orines calientes se precipitan en la boca de Leonardo, traga lo que puede aunque el chorro de Víctor es muy potente y mucho se escurre por su pecho mojándolo, Víctor lo deja pasar pero le empuja la cabeza para que siga tragando.

Cuando termina enciende el agua fría en la regadera, Víctor la soporta en actitud estoica, el esclavo se siente incómodo y se retuerce, vaya forma de demostrarle quién es el macho. Apaga el agua y se pone en cuclillas frente a Leonardo, con jabón en la mano empieza a bañarlo, como un Amo que baña a su perrito.

Lo recorre por cada rincón masajeándolo con las manos después de ponerle el jabón, le lava la cara y Leonardo se queda con los ojos completamente cerrados, siente las manos de Víctor masajear su pecho, sus axilas, su espalda, sus pies, sus piernas… y luego sus huevos, los aprieta con cierta firmeza para hacerlo sentir su control, mientras suavemente esparce el jabón en ellos, luego sus nalgas… con movimientos circulares lo enjabona y finalmente le mete la mano por entre las nalgas y le llena de jabón alrededor del ojete.

Leonardo escucha el sonido de la puerta corrediza de la regadera abrirse y siente a Víctor salir, un chorro de agua helada le cae después en la espalda - Víctor lo enjuaga con sus manos mientras al esclavo recibe el chorro de agua helada.

El tacto de las manos de Víctor mezclados con el agua fría hacen que la experiencia sea entre placentera e incómoda, Víctor se toma su tiempo y aunque Leonardo se acostumbra un poco al frío sigue sintiendo que se congela.

Víctor cierra la llave del agua y lo sostiene en sus brazos para levantarlo- ¿tienes frío esclavo?- le pregunta sonriendo mientras lo lleva de las manos como un pequeño Niño a la recámara. Leonardo tiembla

-Si Amo- responde, Víctor abre sus brazos- ven, te caliento- la sensación es indescriptible, el calor corporal de Víctor lo reconforta y lo hace entrar en calor, Víctor le da un abrazo como jamás ha sido abrazado, sus brazos enormes lo aprietan mientras sus manos le masajean la espalda fría y las nalgas heladas, su pecho y su vientre entran en calor con el puro contacto con su Amo. Leonardo se siente tan bien en esos brazos y poco a poco deja de temblar y se contagia del calor de su Amo.

Después del prolongado abrazo, Víctor le ordena a Leonardo ponerse en cuatro sobre la cama “va a suceder” piensa Leonardo con ansias, pero su pensamiento no es hacia satisfacer la necesidad de ser penetrado por su Amo, Leonardo se dice en silencio “por fin voy a poder complacer a mi Amo con el culo”…

Después de darle dos buenas nalgadas en ambos glúteos y de apretarlas y estrujarlas a placer, Víctor se arrodilla detrás de él y le mete la lengua entre las nalgas.

Leonardo no se mueve, tal vez empuja el culo ligeramente para darle mejor acceso a su Amo. Víctor se entrega a su placer, muerde, pasa sus labios y dientes por cada rincón de la intimidad de su esclavo repitiéndose una y otra vez “todo esto es mío”, “yo soy su dueño”.

Leonardo jamás ha sentido un verdadero “beso” negro hasta ahora, siente como su cuerpo se funde con la boca de su dueño y siente como cada terminación nerviosa le arranca placeres que le ofrece a su Amo en sumisión sin decir una palabra.

Finalmente llega el momento, un poco de lubricante frío separa un acto de dominio del otro, la punta de la verga de su dueño empuja con fuerza su esfínter, lo traspasa despacio y poco a poco se va abriendo paso por el interior de su propiedad

-Esto no es sexo, esclavo- le dice Víctor nalgueándolo - es un acto de posesión. Leonardo siente que escurre líquido de su verga y moja el colchón, se abre de piernas y relaja todo su cuerpo recibiendo con gratitud el Poder Viril de su Amo.

Como un gran “desfile del héroe” que avanza entre vítores con la corona encima, la verga de su Amo transita por él y se va a adentrando despacio hasta las profundidades de su cuerpo… ya es suyo, lo había sido antes pero este momento sella para siempre la posesión, aunque el Amo no vuelva a penetrarlo nunca, esta brutal sensación de tenerlo detrás abriéndolo y entrando en él estará en su mente para siempre… finalmente siente los huevos enormes de su dueño topar con el centro de su perineo.

Luego el Amo entra y sale a capricho: despacio, abriéndolo, tomándolo, calentándolo, cada vez que entra le parece que se adentra más y lo llena de su poder con más fuerza, y cuando sale siente que lo necesita que le hace falta, que quiere ser completamente sometido y que solo lleno de él puede ser feliz.

Le han dado por el culo tantas veces, pero hoy es diferente, cada embestida suave de su Amo es una muestra de su poder y cada vez que empuja hacia afuera su verga lo hace sentir que necesita tenerlo adentro toda su vida…

Víctor aumenta el ritmo, entra y sale cada vez más rápido, al poco rato empieza a bufar, como un animal macho que pelea, Leonardo siente al Hombre Alfa detrás de él y se queda quieto, permitiendo que su Amo tome el placer que le corresponde por derecho y guardando respeto y cierto temor ante los rugidos del león que se despierta a sus espaldas.

Cuando Víctor se queda quieto unos segundos, Leonardo siente la necesidad de demostrarle a su Amo su entrega y entonces es él quien toma la iniciativa y empieza a hacerse hacia atrás y adelante para darle placer a su Amo, empalándose en él, ofreciéndose a si mismo, entregándose completamente… de todas las sensaciones extremas que su cuerpo experimenta la más exquisita es saber que se está dando a su Amo.

Víctor saca la verga y se acuesta en la cama- empálate perra, de espaldas, no tienes derecho a mirarme- le ordena.

Leonardo se monta arrodillado con las piernas afuera de las de Victor, toma la verga de su Amo y se entrega, se ofrece en sacrificio para su placer, la mete hasta el fondo como una perra obediente y generosa y luego sube y baja concentrado en el único placer que importa: el de su Amo.

Víctor pone las manos detrás de su cabeza, y se deja consentir y servir, disfrutando de la vista del cuerpo de su propiedad subiendo y bajando, su espalda fornida sudando, esforzándose por satisfacerlo, por ser el esclavo bueno, por hacer de esa cogida la cogida perfecta.

Víctor empieza a rugir nuevamente de placer, agarra con fuerza la cadera de Leonardo y con todas sus fuerzas lo sube y lo baja a su antojo, como usando un masturbador, Leonardo se deja hacer como un simple objeto, se pone en cuclillas para que Victor lo use mejor, Victor se satisface con el culo de su esclavo, se abandona a sí mismo, se concentra en su placer, Leonardo lo siente y se excita de sentirse un mero objeto, un juguete sexual.

Víctor sostiene las nalgas de Leonardo a cierta altura y mete y saca su verga con fuerza, con furia, Leonardo gime y gime - Gracias Amo- repite una y otra vez y entonces Victor lanzando un rugido se para en seco y se aferra al cuerpo de su esclavo, Leonardo siente los chorros de leche caliente inundándolo y poseyéndole por dentro… se queda quieto, cierra sus ojos… mientras su dueño termina de venirse dentro de él…

Hay un par de segundos de silencio, mientras ambos recuperan el aire, Leonardo no se mueve, se queda preñado y quieto en actitud de respeto.

Luego Victor se levanta de la cama, se viste, Leonardo se queda arrodillado junto a la cama.

-Muy bien esclavo, si lo haces así de bien toda la próxima semana, tal vez te ordeñe a final de mes-