SE RENTA: VIAJE A MARRUECOS (III PARTE y FINAL)

Written by: MasterJuan

 

Ya estaba en la segunda semana de estadía en Marruecos.

Luego de un día muy relajado, donde pudo realizar sus rutinas de ejercicio bajo la atenta mirada de los guardias, nadar en la alberca de la villa y atender a su Amo que lo folló varias veces, a Iñaki le esperaba una jornada especialmente intensa y exigente. El Amo quería sacar máximo provecho a su inversión.

Muy temprano fue despertado por un seco golpe de botas en sus costados, que lo impulsó a levantarse casi inmediatamente. Consumió su ya habitual desayuno y fue conducido ante su Señor que no se cansaba de mirar y observar la bella anatomía del escort.

Siguiendo las instrucciones se puso de espaldas contra el suelo y llevó sus tobillos hasta tocarl con ellos sus glúteos. Un guardia empezó entonces por atar sus tobillos a los gluteos, con una cuerda de algón gruesa. Hasta dejar la pierna izquierda completamente doblada. Luego repitió la operación con su pierna izquierda. Enseguida, el brazo derecho fue atado completamente, quedando la muñeqca sujeta a la altura del hombre. Despues se hizo lo mismo con el nrazo izquierdo.

El esclavo escort fue puesto en cuatro patas por los guardias, pero esta vez sus puntos de apoyo no fueron las plantas de sus pies y manos, sino que los codos y las rodillas, a las cuales les pusieron coderas y rodilleras de goma y suejtadas con correas de cuero.

El Amo introdujo un butt plug que se inflaba cuando estaba dentro del recto, para cerrar el ducto anal. Este butt-plug tenía en su extremo una coqueta colita que caía por entre medio de las piernas.

Para concluirla preparación, se le puso una máscara de cuero que solo tenía orificios para ojos, nariz y boca y que se cerraba con una atadura de cuero por la nuca. En el cuello llevaba su collar de perro, del cual salía su cadena, que fue entregada al Amo.

Iñaki debió aprender a utilizar codos y rodillas para avanzar tras su Señor que lo tiraba por la cadena. El esfuerzo era inmenso, doloroso, cansador. Las piernas y brazos se adormecian y el dolor era intenso, pero el esclavo debía superar esa molestia y movilizarse de una manera coordinada.

Sus bolas estaban duras por el doble cokring que llevaba y que un guardia se deleitaba castigando con una vara de bambú.

El Amo hizo un largo recorrido en medio de los palmares. El cansancio del esclavo era evidente, pero ello no impedía que el Amo siguiera jalando de la correa.

El Amo pasó la correa a uno de los guardias, quien se hizo cargo del escort convertido en perro, que se movía con su culo parado, moviendo los codos y luego las rodillas. Estaba sudado y al límite, pero obedeció lo que le mandaban. Tuvo que orinar como perro y beber agua de una abrevadero para los animales.

No lo dejaron descansar en todo el día. En la tarde pusieron sacos de dátiles en su lomo y debio llevarlos desde el campo a la despensa, babo la atenta mirada de sus guardias que gozaron dándoles golpes de pusta en sus nalgas y costados.

Esa noche lo metieron en una jaula y allí permaneció, casi inmóvil hasta el día siguiente.

Cuando lo liberaron de sus ataduras, no sentía ni piernas ni brazos y debió ser ayudado por los guardias para incorporarse.

El joven trabajador lo llevó hasta una habitación, lo acostó y comenzó a darle masajes en piernas y brazos, a ungirlo con aceite hasta lograr activar la circulación en sus extreemidades. Se dejó que el esclavo descansara y se repusiera. Nado en la alberca y trato de hacer sus rutinas, aunque le resultó difícil. El joven trabajador siguió haciéndole masajes.

El día completo y la mañana siguiente fue de descando y relajo, salvo por los requerimientos sexuales de su Amo, que gozó follándolo con dildos gigantes, que introdujo con fuerza apoyado por abundante lubricante, para gozo del esclavo, que tenía una dilatación extasiante que lograba tragarse hasta el consolador más grande que la mente humana pueda concebir.

En la tarde, tanto Tobías como Iñaki fueron preparados para un gran evento. Un eunuco de raza negra, gigante y atemorizador, se encargo de la tarea. Ambos escorts fueron escrupulosamente lavados, les lavó y arregló el cabello, les aplicó aceites, cremas y tratamientos para la piel, los exfolió y luego les hizo manicura, luego les hizo una enema a cada uno. Les revisó todas las cavidades.

Hace rato que Iñaki no había recibido un tratamiento tan profundo y dedicado.

El tratamiento duró cerca de ocho horas.

A eso de las 10 de la noche estaba todo listo. La terraza de la villa había sido cubierta con lonas y había telas colgando, simulando una gran carpa. En varias partes había cojines y mesas con frutas. Los trabajadores estaban todos vestidos de blanco y los guardias de negro, portando sendos látigos.

Al fondo de la terraza estaba puesto el sling, pero quien fue montado esta vez fue Tobías.

Iñaki estaba reservado para otras cosas.

Ya habían llegado varios invitados. Algunos de ellos, al menos cuatro, habían traído sus propios acompañantes. Algunos ya mayores , otros de la edad de Iñaki y algunos más jovenes. Uno por uno los acompañantes eran llevados donde estaba el eunuco que los preparaba.

Iñaki ya estaba casi listo. Estaba desnudo completamente, con un triple cockring, collar de cuero de 5 cms de alto y una cadena con eslabones desde sus cuello, tobilleras y muñequeras, piel brillante, aceitada, que resaltaba su cuerpo.

A eso de las 12.00 de la noche estaban todos los invitados, cerca de 20 personas, que comían y bebían, mientras sus esclavos los servían. Iñaki andba siempre tras su Señor, con las manos atrás, mirando al suelo, sin hablar. Era, sin dudarlo, el mejor esclavo de todo el plantel disponible esa noche.

El Amo ordenó que le pusieran pinzas japonesas en las tetillas y así permaneció tras él, mientras los asistentes se deleitaban jalando las pinzas unidas por una cadenas.

Más tarde, sin quitar las pinzas, se ordenó ponerle un parachute en sus bolas y colgaron 100 grm al principio. Siguio tras su Amo, a dos pasos atrás de el, mirando el suelo. Otro Amo agregó doscientos gramos y otro 100 más. Al cabo de un rato, era casi 1 kg que colgaba de sus bolas y seguía caminando detras de su Amo.

Otro Amo ordenó que le pusieran un cepo en su cuello con sus manos insertadas en sendos orificios del madero, para quedar a la misma altura cuello y manos. De cuando en cuando, uno de los guardias le hacía inhalar poppers, que lo estimulaba.

Seguía tras su Amo caminando y no se detuvo cuando uno de los guardias dió el primer latigazo, seguido de otro y otro, hasta llegar a cerca de 20 que dejaron la piel de la espalda rojas con las marcas de los golpes.

Seguía con las pinzas en los pezones, los 950 grms en las bolas, el cepo al cuello y seguían dándole azotes en la espalda. Otro Amo cogio una varilla y le hizo un severo spank que le dejó rojo ese exquisito culo.

Instalaron un gran consolador en un taburete al centro de la terraza, lo fijaron y trajeron a Iñaki, que seguía con sus otros tormentos. El consolador medía 22 cms y su diametro superaba los seis centimetros. Un Amo tuvo la delicadeza de aplicar lubricante en el consolador entanto dos guardias cogian por las piernas a Iñaki y otro por el pecho, lo izaban y lo ponian a un cm del consolador, el ojo del culo del esclavo palpitaba por la excitación. Violentamente lo solto quien estaba cogiéndolo por la espalda y el consolador se introdujo en el recto del escort, sin miramientos ni piedad. Todos apreciaron como se introdujo de una en el culo, y como el esclavo se estremeció por elk placer doloroso, y se empalmó y quedó duro. Ahi quedo y el dildo ocupo todo el recto.

Estando ahí, otro Amo comenzó a poner pinzas metálicas en las cercanias de los pectorales, axilas, brazos y costados, hasta llegar a 180 y con una fusta comenzó a agitarlas, para atizar el dolor.

Otro Amo utilizó un látigo para quitar las pinzas, provocando que el esclavo se estremeciera y titubera.

Finalmente, para acabar la jornada que ya se extendía por demasiadas horas, uno de los Amos le aplicó sounding en su uretra, hasta llegar con la sonda casi a los 40 cms. Eso fue demasiado para el esclavo y ni las sobre dosis de poppers pudieron evitar que ya no pudiera reaccionar, pues había superado su propia barrera para el dolor.

Tres guardias lo sacaron del consolador y lo llevaron hasta el sling y ahi quedó, ya sin parachutes, pinzas, cepo ni collar, pero con un culo dilatado, que tento a tres Amos, que lo follaron a tope. Sólo al final, Iñaki volvió en si.

Los dos dias que siguieron sirvieron para que el eunuco cuidara a Iñaki, lo atndiese y curase, especialmente en el culo. Descansó y se relajó, aunque igual succionó el gigantesco miembro de su Amo y se alimento de su abundante leche.

Solo la última noche, el Amo le permitió dormir con él y pudo acariciarlo y su dueño lo abrazó y acarició. Iñaki recordó a su padre.

El día siguiente, temprano, el Amo lo llevó en caballo hasta el punto donde lo estaba esperando el jeep que lo llevaría de regreso a Casablanca. Al momento de subir al jeep le entregaron su bolso con ropa, sus documentos y la blackberry apagada. El Amo lo besó y le dijo “la próxima vez serán dos meses” y sonrió. Iñaki respondió, sumisamente “Señor, Si Señor, lo que Usted mande” y le beso las manos.

El día siguiente estaba en Casablanca alojado en el mismo hotel donde lo habían pasado a buscar.

Tenía el dinero y estaba listo para dormir cuando recibió una llamada de Clemente con roaming. Esa noche debía acompañar a un francés a cenar y lo acompañaría hasta el día siguiente. Así era la vida.

El francés resultó ser un Señor cincuentón, fuera de forma, pero muy cariñoso. Llevó a cenar a Iñaki al exclusivo Restaurante Al Mounia y luego pasaron la noche en su hotel. No hubo sexo. El día siguiente conoció, por fin Casablanca y le gustó.

Esa tarde se embarcó de regresó. Sabía que volvería a Casablanca.