La primera vez que me llenaron la boca de meados

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Era un tipo mayor que yo. Podría ser mi padre. Tras hablar un buen rato y cambiar fotos habíamos quedado en su hotel. Habíamos hablado de límites normales genéricos. Era gordo pero fuerte, con el vello recortado y una polla un poco por encima de la media. Me había avisado de que llevaba todo el fin de semana follando y que sólo buscaba una mamada para limpiarle la polla. Aún así acepté por el morbo.

Cuando llegué tuve que esperar un minuto en la puerta y cuando se abrió salió un chico sonriendo de la habitación mientras me saludaba y el tipo se acercó a la puerta desnudo a recibirme. Entendí rápido lo que pasaba. Tenía el rabo morcillón y aún llevaba puesto el condón lleno de lefa. Me pareció super morboso. No quería esperar ni un minuto a que se lo limpiaran.

Me desnudé rápidamente y me colocó de rodillas apoyando la cabeza contra la puerta de la habitación. Tenía su polla delante de la cara. La tomé con la mano derecha y la desenfundé despacio apretando para estimularla. Salió sin problemas ya que el semen la lubricaba. Según lo saqué me la enchufó a la boca y comenzó a bombear hasta el fondo de mi garganta que no podía resistirse porque mi cabeza topaba con la puerta.

Me dejé hacer varios minutos mientras las babas chorreaban desde mi barbilla hasta el suelo pasando por el pecho y la polla. No la sacó ni una sola vez. Tomaba aire como podía. No me permitió tocarme aún. Al final se corrió en el fondo de mi garganta y la dejó ahí un momento. Después siguió el mete saca con la polla tiesa pero más blanda y a menor ritmo. Yo seguía babeando y sin poder tocarme. De pronto volvió a clavarla hasta el fondo y noté cómo un líquido caliente me inundaba por dentro y me llenaba la boca de un sabor nuevo. El líquido desbordaba mi boca y me chorreaba por el pecho hasta formar un pequeño charco en el suelo. De forma involuntaria comencé a tragar para no ahogarme. Me miraba a los ojos con lujuria viendo cómo me lo tragaba todo. Cuando terminó dió un paso hacia atrás liberando mi boca de la cayeron los últimos hilos de babas mezcladas con su orina.

Me dijo que ya podía masturbarme pero que lo hiciera allí y me corriera en el suelo. Todavía tenía el condón en la mano así que no sin pensarlo me la pelé con la izquierda. Tardé cinco segundos en mezclar mi lefa con mis babas y su meado. Pocas veces había estado tan cachondo mientras me follaban la boca. Ese mismo día me introdujo a otros deportes de agua. Después de eso quedamos para limpiarle el rabo cada vez que venía por la ciudad.


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