Nuevo trabajo 5

Escrito por: batel

Cogimos el coche y salimos hacia nuestro destino. David estaba mal. Le dolían las pelotas, estaban muy cargadas. Hacía muy poco que había descubierto el placer de verdad y no le dejaba disfrutarlo. Llevábamos casi una hora en la carretera y aún la tenía bien tiesa. Me pidió permiso para abrir su bragueta y liberarla decía que ese pantalón le apretaba mucho. La verdad es que parecía que le iba a reventar la bragueta. Me dijo que nunca había tenido una erección tan bestia como ese día y mucho menos durante tanto tiempo.

Aun teníamos varias horas de viaje por delante y David empezaba a preocuparse porque no se le bajaba y cada vez le dolía más. Paré el coche en el arcén y le dije que me parecía bien que se pusiera cómodo durante el viaje. Le advertí que daba igual la ropa que se pusiese, porque el dolor no se iría hasta que se corriera y que hasta que no llegáramos al hotel no me plantearía permitirle tener un orgasmo.

David decidió cambiarse de pantalones. Salió del coche y buscó en su maleta unos pantalones cortos y muy anchos, eran los que solía usar para dormir. Se quitó los pantalones y los calzoncillos. La vista de esas bolas tan gordas y esa polla tan dura me gustó tanto que le prohibí ponerse nada de ropa. La situación le hacía sentir incómodo, aunque íbamos por autovías se sentía vulnerable porque cualquiera podría verle desnudo. Se quejó bastante, me mostró su disconformidad. Al final se puso el pantalón, y se metió en el coche.

Me puse furioso, sentí ganas de castigarlo sin piedad. Afortunadamente recordé que David se estaba acostumbrando a cumplir mis deseos sin rechistar y que estaba educándolo muy despacio. Así que me calmé, pero no podía permitirle que estuviera vestido.

Cogí la cuchilla que siempre llevo encima cuando viajo en coche y le rompí el pantalón. El instinto de David fue el de revolverse contra mí. Agarró mi mano e intentó quitarme la cuchilla. Afortunadamente iba despacio y pude parar el coche rápido y sin peligro. Sus ojos estaban llenos de ira, respiraba rápido y entrecortado. Le miré a los ojos y le agarré los huevos firmemente, sin apretar mucho. En ese momento David gritó, la ira pasó a ser miedo. Seguí agarrándole las pelotas unos minutos, poco a poco se iba calmando, cuando se tranquilizó le solté.

David comprendió que se había equivocado y antes de que le dijera nada, me pidió perdón. Le dije que si quería seguir viviendo experiencias nuevas no podía comportarse así, le dije que esa situación me había quitado todo el interés que él me despertaba. Al oír mis palabras me suplicó que le perdonara, entendía que su comportamiento tendría que tener un castigo y que lo asumiría fuera lo que fuera.

La verdad es que esa situación me puso realmente cachondo. Aunque un par de horas antes le rompí el culo al camarero del hotel, sentí la necesidad de desvirgar a David, lo tenía claro ese sería su castigo.

Lo que realmente me llamaba la atención era que su polla aún estaba enorme, después del forcejeo y de esa situación tan tensa. Así que aproveché la circunstancia y de vez en cuando le masajeaba un poco su polla haciendo que el dolor de bolas de David siguiera creciendo. Cada vez que ponía mi mano sobre su mástil él pensaba que en esa ocasión sí que le permitiría correrse y la decepción cuando paraba era bestial.

El coche era diésel y no tuvimos que parar a repostar y tampoco paramos para comer. En mi cabeza sólo estaba la idea de follarme a David y quería llegar al hotel lo antes posible. Cuando quedaban 15 km para que llegásemos al hotel paré para que David se vistiera. Le dije que se pusiera el pantalón estrecho y así lo hizo.

En esta ocasión no tuvimos que buscar hotel porque teníamos reserva de dos habitaciones. El hotel era un palacete precioso. En la puerta nos recibieron el aparcacoches y el botones. No sabía que tenían ese servicio pero me encantó porque llegaríamos antes a la habitación.

En la recepción cuando renunciamos a la segunda habitación no pusieron ninguna pega.

El botones nos acompañó a la habitación que estaba en la 4ª planta. Nos indicó el camino al ascensor y subimos los 3. El botones era un chico con apariencia árabe no tendría más de 20 años y era muy varonil. Era más alto que nosotros mediría al menos 195 cm. Su cuerpo dejaba claro que era deportista, hombros anchos y fuertes y cintura estrecha. Le pregunté si le gustaba hacer deporte y confirmó lo que supuse, me dijo que formaba parte de un equipo de natación que tenía el hotel. Entrenaba todos los días antes y después de trabajar al menos 4 horas. Llegamos a la habitación nos la enseñó y sacó la ropa de las maletas y la puso en el armario. En otro momento me hubiera interesado por el botones, pero quería follar a David. Le di 20€ de propina y se fue.

Al fin estábamos en la habitación. Me desnudé y me metí en la ducha. Le dije a David que estuviera preparado para entrar en la ducha en el mismo instante que yo saliera, así que se desnudó también y se quedó de pie mirando cómo me duchaba. Se mordía el labio inferior mientras recorría mi cuerpo con su mirada. Salí de la ducha y tal y como le dije entró el. Mientras me secaba me quedé mirando cómo se duchaba, no quería que se tocase demasiado porque estaba tan cachondo que tenía miedo de que al jabonarse la polla se corriera. Salió de la ducha se secó y le pedí que no se vistiera fue entonces cuando le conté que estaba a punto de ser desvirgado. Con la voz temblorosa me preguntó si lo haría de la misma forma que al camarero. Le respondí que no. En la maleta tenía lubricantes y que sería más suave así que se relajó un poco.

Me tumbé en la cama boca arriba y le dije que me chupara un poco la polla para mojarla con su saliva y después le di el bote de lubricante para que me lo pusiera por toda la polla. Cuando mi polla estaba perfectamente preparada le dije a David que se pusiera a 4 patas y comencé a lubricar su ano.

Comencé metiéndole el dedo índice despacio y muy lubricado cuando su culo se acostumbró comencé con un segundo dedo. La impaciencia me estaba matando, quería romperle el culo, pero sabía que a este perro tenía que tratarlo por ahora así para conservarlo. Llegó el momento David volvió a lubricar mi polla y puse mi glande sobre su agujero. A David se le escapó un suspiro. Empecé a meter mi polla en aquel culo tan extraordinario, sin prisa pero sin pausa. Poco a poco fue entrando sentía un placer muy especial. En cuanto sentí que su culo alojaba mejor a mi polla empecé a embestir, cada vez un poco más fuerte. Sentía que me iba a correr así que se la saqué con la excusa de cambiar de postura, le dije que se pusiera las almohadas en las caderas y que se tumbase mirando al techo. Esta vez se la metí de un solo golpe, y seguí empujando con fuerza. David empezaba a disfrutar de mi enculada y volví a sentir que me iba a correr. Esta vez no lo iba a evitar y me corrí sobre su polla. La polla de David estaba mojada por mi semen y de su uretra no paraba de salir pequeñas gotas de precum. Agarré su polla y empecé a pajearle David jadeaba y le permití correrse. Le salió muchísimo semen. Me tumbé en la cama para descansar un rato y después de una ducha decidimos salir a dar una vuelta por el hotel y cenar algo

Continuará