2 de Octubre, no se olvida

Escrito por: Dano22

Era un 2 de Octubre, lo recuerdo muy bien. Un día de otoño común para cualquier persona, pero para la capital Mexicana eso nunca ha sido así.

Iba en pecero, esos clásicos microbuses en los que al conductor poco les importa si trae vacas o personas, un día difícil, marchas en la ciudad, plantones, cierre de vías, estaciones de metro un auténtico caos.

Estaba cansado en uno de los asientos de hasta atrás, harto del ajetreo que ese día trajo consigo, íbamos pocas personas en ese camión, pero no eso no evito que pasara.

Viajamos tarde ya a nuestros destinos cerca de las 11 de noche, un par de señoras platicando en asientos de hasta enfrente, otro chavo de pie, tomado del tubo para no caerse, algunos amigos recién salidos de la escuela, y alguna que otra persona. Aunque una de esas personas llamó mi atención, un joven, no tendría ni 20 años calculándole la edad, 175 aproximadamente, delgado, cabello corto desarreglado, viendo hacia la calle, escuchando música a través de sus audífonos. Cuando 3 personas subieron al camión, uno de ellos se quedó con el chofer, los otros 2 entraron al pasillo.

• Saquen todo, estúpidos hijos de puta, no estamos jugando y si no quieren un tiro por el culo, mejor será que aflojen todo lo que tengan, teléfonos, carteras, relojes, anillos, dinero, y al pendejo que quiera parecer el héroe me lo trueno de un pinche plomazo!

• Denle putos, ya escucharon, empiecen a vaciar sus bolsas.

La 3er persona llevo al chofer hacia un callejón, nadie podría salvarlo de lo que venía.

Todos empezamos a sacar las cosas, estaba claro que no iban a jugar, bajo la imagen de 3 hijos de la chingada, apestando a miados y drogados hasta el huevo, nadie quiso rechistar sus órdenes, pero Ismael, de quien después me enteré de su nombre, parecía estar tan entrado en su mundo que no los escucho, no puso atención a lo que pasaba.

El más bajo de ellos en estatura, un cuate con pinta de cabrón, llevaba unos bermudas café claro, puercos, era evidente que no tenía intenciones de lavarlos, una camiseta blanca sin mangas, con lo que parecían manchas de sangre, se acercó a Ismael, quien no se había percatado de la situación en la que estaba, mientras su compañero pasaba con una mochila para que guardar nuestras cosas, teléfonos, audífonos, de algunas personas hasta los tenis y mochilas.

• He tú, puta, ¿Qué te pasa? ¿Crees que estamos jugando?

Seguido de ello le dio un puñetazo en la barbilla que lo sobresalto, se petrificó al verse en esa situación, de un momento a otro había dejado su mundo para entrar en la realidad, una realidad que nadie esperaba.

• Barrio, we, pendejo, mira lo que tenemos aquí, creo que hoy te vas a divertir cabrón, esta piche putita cree que no hablamos en serio.

Así le llamo al otro que se quedó dirigiendo al chofer mientras entrabamos en una calle obscura y solitaria.

• Mira imbécil, intentas salirte del camino que te di, intentas algo raro y te voy a hacer conocer el pinche infierno. Haber pendejo ¿Qué mamadas dices ahora? Un chavo robusto, de tez morena clara, ojos verde, vestido con unos vaqueros negros, y una sudadera gris. Se acercó lentamente a Ismael, saco un porro, se sentó en los asientos de la fila anterior, y exhalo todo lo que alcanzo a introducir a sus pulmones en la cara de Ismael, mientras el resto de los pasajeros veíamos la escena, Una escena tan lóbrega, en una luz a medios tonos que venía de una lámpara mal puesta en el techo del pecero, en una calle más obscura aún y solitaria, el camión había detenido su marcha y el conductor ahora estaba entre los pasajeros entregando todas las pertenencias que portaba. Mientras los ojos de todos se posaban en una escena que todos sabíamos ya que terminaría muy mal.

• Sabes una cosa perra, nadie, ninguna puta, ni la perra de mejor raza me desobedece, chivo dale la mochila a la puta esta, ella se va a encargar de terminar nuestro trabajo. Y tú, maldita escoria te vas a parar, te vas quitar toda tu pinche ropa de princesa para que quedes como lo que eres una puta perra de mierda y así arrastrándote a 4 patas por el camión vas a terminar de recoger nuestras cosas, para que se te ocurra volver a desobedecerme. Y eso va para todos, si no hacen lo que digo con exactitud, terminaran siendo una perra más en mi colección. ¿Algún valiente que crea poder enfrentarme?

Ismael cayó en un mar de lágrimas, ni siquiera estaba enterado de lo que había hecho, supuso lo que pasaba en ese momento, pero aún no sabía porque se habían enojado con él. Se sentaron “Barrio” y “Chivo” mientras el otro chavo, “Chucho”, lo tomo del cabello y lo aventó al suelo.

• Dale perra, obedece, o ¿Qué?, ¿Quieres te vaya peor de lo que ya te ganaste?

Se empezó a quitar la sudadera poco a poco, bajando el cierre, llorando, llorando como nunca lo había hecho en su vida, todos los demás atónitos de las órdenes que recibió intentamos apartar la mirada de esa situación, aunque no había mucho más que ver, la única luz que se podía ver era la que era emanada de la lámpara del techo.

Chivo se levantó de golpe, un cuate muy alto, media cerca de 192, con jean rotos y llenos de hoyos, algunos de ellos dejaban ver sus bóxers pegados a su entrepierna, una camisa azul, no menos sucia que los demás, abierta dejando visible todo su torso. Tenía bastante buen cuerpo a decir verdad. Tomo del cabello a Ismael y de un tirón lo llevó hasta el suelo, poniéndolo en 4, arrancándole de un jalón la playera a Ismael, dejándolo de la cintura para arriba desnudo.

• Si no te apuras le va a pasar lo mismo a tus pantaloncitos.

Se sentó con sus amigos de nuevo y comenzaron a reír mofándose del chico, escupiéndolo, dándole patadas eventualmente, turnándose el porro, que Barrio había prendido.

• Y no se te ocurra levantarte animal. – Acabo de decirle mientras se sentaba.

Termino de desvestirse estando en esa situación, le ordenaron echar todo en una mochila, ya no le pertenecían.

Estaba brutalmente apenado Ismael, lo habían humillado de una forma que él nunca esperaba que sucediera. Tomo la mochila y cumplió su cometido, termino de recoger las cosas de los demás arrastrándose el camión a gatas, procurando pisar con cuidado para no lastimarse, mientras recibía más insultos y golpes de los 3 hombres que habían subido al camión.

Habiendo cumplido su labor dejo la mochila en donde estaban los 3 muchachos, intento incorporarse pero una patada se lo impidió.

• Eres una perra muy mal educada, aborrezco a las pendejas que creen que pueden hacer lo que se les da la gana, no te he dicho que puedas pararte, por eso ahora, para ese piche culo del suelo, ponte en 4 otra vez y ponte la limpiarnos los zapatos con tu piche lengua de princesa. A ver si sirves por lo menos para eso sirves estúpida.

Con miedo se reincorporo, se puso como le ordenaron y lamio las suelas de sus nuevos hombres, sin saberlo, ahora era propiedad de alguien en ese momento, y nada haría que esa situación cambiara esa noche.

Lamió cuidadosamente los zapatos a cada uno de ellos, la parte alta, llenos de gotas de mierda que se habían llegado a salpicar hasta la mierda que había pisado uno de ellos antes de abordar el camión. Estando en ello Chucho se puso de pie, se bajó la cremallera de su bermuda y comenzó a orinarlo de los pies a la cabeza, alzándole la cara tomándolo por el cabello, y ordenándole abrir la boca lo más que pudiera.

• Abre el pinche hocico perra, quiero ver que te tragues mis miados, ¿verdad pendejos, o alguna prefiere acompañar a esta puta?

Se escucharon pequeños susurros de todos, aceptando esa afirmación, nadie más quería estar en esa situación en aquel momento.

Chivo había tomado el cinturón de Ismael de la mochila, cada vez que este cerrara la boca o no tragara los orines de su compa o intentara voltear la cara, un golpe duro y seco se iba directo a plasmar una nueva marca en las nalgas de Ismael. Las tenía rojas después del 5º golpe, era evidente que esto continuaría.

La escena era un asco, tres tipos unos cerdos en su vestimenta y forma de expresar, fumando y tocándose a sí mismos, humillando a un pequeño chico que no había escuchado una orden, lo tenían en el suelo, desnudo, a 4 patas, orinado, nadie daba crédito a lo que pasaba, Ismael era un mar de lágrimas perdidas en los orines que le escurrían por todo el cuerpo.

Después de algunos minutos Barrio se incorporó nuevamente, tomo a Ismael del cabello una vez más y restregó su cara contra su entrepierna, poniendo todo su paquete en su cara.

• Mira animal, hace días que no puedo coger, la perra de mi mujer se largó de mi casa y ahora estoy lleno de leche caliente lista para alimentar a una buena puta, y por lo que veo tengo una enfrente, así es que mejor que me bajes el cierre, y saques mi verga de mi bóxer y empieces a mamar hasta que yo te diga, como la pinche perra que eres, usando tu hocico para todo, en 4 como lo que eres, y no se te ocurra morder, porque te corto los huevos.

No lo quiso hacer, estaba listo para soportar todo el dolor que hiciera falta pero no lo haría, podía con la humillación que le habían causado hasta ese momento, pero no pretendía dejar que lo violaran, estaba convencido de ello, se levantaron de su asiento Chucho y el Chivo, y empezaron a patearlo, donde cayera la patada, en los costados, las costillas, el pecho, la espalda, sus nalgas, su pene, lo golpeaban en la cabeza y en la cara con las manos y pies, Ismael solo lloraba y gritaba, aunque en aquel paraje, no habría nadie para socorrerlo.

Después de la golpiza propinada a Ismael le ataron las manos a la espalda con su cinturón, Barrio dejo salir a su verga del escondite, un pene nada feo, en reposo media cerca de 17cm, un buen grosor, se acercó suavemente a Ismael dándole una última oportunidad.

• Eres una perra estúpida, te doy de comer y lo rechazas. Por eso ahora esto te va a entrar por el culo, pongas la resistencia que pongas, nada lo evitara que pase, tu baba decide que tan lubricado entrará, o que tan seco.

Se notaba pavor en sus ojos, una mirada desesperada de un chico que hasta ese día había tenido una vida “normal”, sana, con sus amigos, con su novia, ahora estaba ante 3 dueños de su destino, solo ellos sabían cómo acabaría aquel suplicio para Ismael.

Decidió empezar a lamer el pene de Barrio, la uretra, el glande, el cuello, el cuerpo, con miedo dando arcadas de asco y repulsión, hasta que sintió que una mano le empujaba bruscamente la cabeza mientras lamia la uretra, esa mano estaba decidida a meterle de tajo todo aquel pene, aunque no pudo meterlo completo, si logro meter un buen trozo en la boca de aquel inocente chico.

Barrio encendió un nuevo porro y el camión se volvió a llenar de su humo, mientras le mamaban el pene sus compañeros decidieron divertirse un rato, pellizcando las tetillas y los testículos de Ismael, se notaba que le provocaba dolor, se escuchaban sus gritos ahogados por la verga que tenía encomendado satisfacer con la boca, cada vez que salía de su boca Barrio le propinaba una cachetada, se escupía la mano y la plasmaba con fuerza en su mejilla volviendo a metérsela hasta el fondo.

En un momento Barrio la saco de la boca de Ismael.

• Voltéenlo sobre el tubo del asiento, es momento de que me satisfaga como la perra que es, abriendo su culito para mi verga. Vamos a desvirgar a este putito.

Lo levantaron a golpes, lo pusieron sobre el tubo con las nalgas abiertas, lloraba de impotencia el chico, suplicaba que no lo hiciera.

• ¡NOOOO! ¡Por favor no!, por piedad hare lo que me pidan, por favor. ¡No me violen!, le lameré los pies, hare lo que me diga sin rechistar, pero por piedad no desvirgue mi ano, aprendí mi lección, no volveré a dudar de ninguna orden, por favor.

Se quitó los vaqueros que tenía puestos, y dejo ver un bóxer blanco impregnado de manchas amarillas de semen seco, se lo quito u lo puso en la boca del joven.

• Si se te ocurre escupirlos hare que sea más doloroso aún, así es que por favor, escúpelos. Perra estúpida.

Se escuchó un grito desgarrador silenciado solo por los calzones de Barrio, no pudo más, expulso los calzones de aquel hombre de su boca, llorando desgarradamente, le habían abierto el ano de un solo golpe, y ahora empezaba Barrio a jugar un vaivén cada vez más rápido y más brusco, acompañado de algunas sonoras nalgadas.

Así estuvo un buen rato, hasta que se vino dentro de Ismael, se limpió el pene en la boca de Ismael y se puso los vaqueros nuevamente.

Dirigiéndose a todos en el camión dijo: - La cola de esta puta tiene hambre, ¿Alguien la va a alimentar? O ¿Prefieren acompañarla?

El mensaje era claro para todos, o cogíamos a Ismael o nos poníamos como el para que todos los demás nos cogieran.

Uno a uno nos fuimos parando para cogerle, esa noche su culo se abrió para por lo menos 9 penes, incluyendo las 3 de esos sujetos la del conductor y los pasajeros que íbamos en la unidad.

Cuando acabamos, su ano se abría para dar paso de salida a toda la leche que se le había introducido apestaba el ambiente a sexo, a mota y a orines.

Barrio, Chucho y Chivo tomaron las mochilas se dispusieron a bajar, y Barrio se acercó a Ismael, quien aún no se movía, seguía llorando en la misma posición que lo dejaron, le metió sus bóxers nuevamente a la boca y le dijo:

• La próxima vez que te vea te quiero ver con eso puesto, ahora eres una perra y yo soy tu dueño.

Ya había amanecido, el conductor nos ayudó a acercarnos a la ciudad, llevamos a Ismael al hospital, acompañe a Ismael para que se recuperara y poder avisarle a algún conocido de el para que no estuviera solo, cuando llego su mama, le dije adiós. Dejando como única pertenencia unos bóxers blancos llenos de saliva con olor a semen.

Aun se puede apreciar ese olor a sexo, mota y miados, a fin de cuentas, 2 de Octubre no se olvida.