Primeras veces. El paisano y su camion (II)

Escrito por: DavesBilbao

Os deje en el trayecto al antiguo bar. Estaba en el merendero, donde antes había un laguna que hace tiempo que ya se seco. Estaba relativamente cerca del pueblo donde veraneaba, pero lo suficiente apartado para que la jarana de las fiestas no molestara a nadie. Era un sitio tranquilo con una gran explanada. Allí había un bar, y es el que se sigue usando para las fiestas.

En el trayecto, Aurelio, seguía con sus bromas, sobre mi aspecto de “hembrita” como el decía. la verdad es que jamas le había escuchado hablar tanto, ni si quiera cuando entras al bar a ultima hora y la gente hace ya varias copas que perdió la vergüenza.

El mezclaba insultos y mofas, a las cuales cada vez me hacían menos gracia, con adulaciones y toqueteos cada vez menos sutiles.

Llegando a la zona había que desviarse por un camino sin asfaltar lleno de baches. A el le hacia mucha gracia como se movía mis carnes, y así me lo hizo saber

• Joder nene, pareces un flan, jajaja. A ver si todo se mueve igual...

Y entonces, tiro con su mano derecha el elástico de mi bañador y me levanto de el. Yo al notar como me violaba el pantalón mi culo, me levante para evitar el dolor, apoyado mi cuerpo en el salpicadero, mientras los baches continuaban

Jajaja, joder nene, tu culo se mueve mas que la de las Mama-Chicho, pareces brasileña…

Pego un frenazo que me llevo de vuelta al asiento.

• Anda, quédate ahí que al final te vas a hacer daño, dijo con su mano callosa acariciando mis muslo

Me jodía verle ahí, tan masculino con su farías en la boca y su cara de superación. Me jodía que su cuerpo, prieto por el trabajo, no se moviera nada cuando el mío temblaba. Y me jodía mas el calor que sentía con sus gestos amables no fuera nada comparada con el calor que me despertaba cada insulto y gesto brusco.

Yo ya había tenido alguna experiencia con hombres, pajas en grupo, incluso una vez mi primo Jose me había chantajeado para que se la mamara (eso ya es otra historia) pero esto lo superaba todo.

Ahora, con el paso del tiempo, se bien que es lo que sentía en ese momento, pero para mi entonces era todo nuevo. Así estaba, mirándole sin saber que me pasaba por dentro, cuando llegamos.

• Vamos baja nene, ahora te toca pagar el viaje; dijo saltando del camión.

Llegamos y abrió las puerta del antiguo bar, mas que un bar era una larga barra delante de una pista asfaltada y un pequeño almacén. El el almacén y estaba abarrotado de cajas vacías, y como había dicho, un teléfono.

• Dame tu número que llamo a tu padre para que no se preocupe. Tu mientras vete llevando estas cajas vacías al camión, que yo iré trayendo las llenas

Le di el teléfono de casa de mi abuelo donde nos quedamos para que pudiera llamar a mi padre. Imaginaba que si había visto mis primos y demás amigos estaría preocupado de no verme ya por el pueblo.

Mientras el llamaba, yo cogí 4 cajas vacías y las lleve, cuando volví a por mas el ya había colgado el telefono. Agarro tel triple de cajas que yo, dejándome claro quien era el hombre de los dos, y las llevamos al camión. El subía y bajaba del camión con tremenda facilidad. Yo subí al camión como pude, dije que para ayudarle y llevar alguna caja llena, pero lo único que quería es callarle la boca y demostrar que podía hacer lo mismo que el. Pero cuando baje, lo único que conseguí es caerme el suelo y con ello la caja de cervezas que llevaba encima. Aurelio vino corriendo, con gesto serio me levanto del suelo.

• Que te he dicho, nene.

Me quito el polvo del culo de dos manotazos fuertes que me dejaron el culo dolorido.

• La próxima vez hazme caso, y me pego otro cachete en el culo. Ahora vete a por más cajas.

Y así lo hice, intentando esforzarme para tener contento a ese hombre que hace unos minutos apenas conocía y que ahora, parecía idolatrar. En uno de eso viajes, el se quito la camiseta y entre paseo y paseo pude ver su pecho velludo, y sus pezones oscuros y pequeños, no como los míos sonrosados y grandes. Tenia una cicatriz enorme en la espalda, un tatuaje en uno de sus brazos… En cada viaje me fijaba en un detalle mas, haciéndolos cada vez mas rápido por la urgencia que tenia de verle.

Antes de lo que hubiera querido se acabaron las cajas vacías en el almacén y las llenas en el camión. Aurelio se puso su camisa, pero no se la abrocho y se acerco al bar.

• Te has portado bien, creo que te mereces tu premio.

Saco una cerveza de las cámaras y un refresco para mi. El se sentó en un de los bancos del merendero y yo a su lado.

Bebi un sorbo mirando como el se sacaba el sudor con la manga.

• Gracias por el premio, dije señalando la coca-cola

• Jajaja. Ay, nene. ¿Crees de verdad que eso es tu premio?

Continuara…